Este es un extracto del discurso de Patricia Mercado frente a estudiantes de la Universidad de Monterrey el día de hoy. Espero les guste.
La
juventud y en particular los universitarios son la prueba viva de lo que yo he
llamado, en esta campaña ciudadan@s libres.
L@s
ciudadan@s libres que ejercen su ciudadanía pronunciando en voz alta los
malestares que otros callan. Libres para que todas y todos podamos realizar
cuanto esté al alcance de nuestras capacidades. Ciudadan@s libres comprometidos
con usar la inteligencia liberada para dirigir los cambios inminentes.
Ciudadn@s
libres que alzan la voz y no están dispuestos a paralizarse y claudicar cuando
les insisten que soñar no es una práctica política. Libres para hacer posible
la libertad efectiva a través de la organización social.
A est@s
jóvenes, a est@s ciudadan@s libres tengo muchas cosas que decirles para que no
se desanimen, para que sigan luchando con el poder de sus convicciones, para
que se liberen de la hegemonía del pesimismo, y para que combatan el
conservadurismo de la política tradicional. Es a ustedes, al futuro, a quienes
les digo:
1) Libérense de la idea de que es
cuestión de tiempo para que tengamos mejores políticos.
Los políticos tradicionales no se van a cansar de sus propias fortunas, de sus
propios intereses, ni de sus actos autoritarios. No van a cambiar solos. Somos
los ciudadanos libres los que tenemos que presionarlos para que cambien, para
que dejen sus tradiciones de corrupción, de tráfico de influencias, y de abuso
de autoridad. Para que no acumulen casas y propiedades a cargo del erario.
2) Libérense de la idea de que el mañana
no existe. Los políticos tradicionales no van a dejar de tomar
decisiones al aire ni decir que sólo se vive en el aquí y en el ahora. No van a
cambiar solos. Somos los ciudadanos libres los que tenemos que presionar para
que piensen en el largo plazo. Somos los ciudadanos libres los que tenemos la
tarea de acabar con la cortedad de miras y de reconstruir el futuro. Por
ejemplo, para que el sistema de pensiones no sea un problema sino una solución.
3) Libérense de la idea de que todo
es negociable. Los políticos tradicionales seguirán
negociando con sus principios y convicciones como parte del toma y saca de la
política de siempre. No van a cambiar solos. Por eso los ciudadanos libres
tenemos que usar el poder de nuestras convicciones y la fuerza de nuestros
argumentos para lograr los acuerdos que mejor sirvan al país. Y hablando de
sillas lo que parece el juego de sillas son los acomodos de políticos de un
partido en otro partido.
4) Libérense de la idea de que
existen las soluciones mágicas. Los políticos tradicionales
usarán todo el maquillaje necesario para pretender que solucionan problemas, en
vez de resolverlos con responsabilidad. Somos los ciudadanos libres los que
tenemos que acabar con la simulación y asumir que las verdaderas soluciones
requieren tiempo y enfrentar los problemas con la verdad. Llamando a las cosas
por su nombre. Los cambios toman tiempo. Nada se resuelve en 15 minutos.
5) Libérense de la idea de que los
cambios sólo son cambios individuales. Los
políticos tradicionales le dirán siempre a la gente que las cosas cambian sólo
si se empieza por cambiar a uno mismo. Así, más personas se dedican a los
cambios individuales, y menos se dedican a organizarse para cambiar
conjuntamente. Los ciudadanos libres nos organizamos. El cambio democrático en
nuestro país no ha sido a base de cambios individuales, sino del trabajo de
muchas y muchos trabajando juntos.
Escuchen
las cifras que les voy a dar.
Los jóvenes representan 45% del
padrón electoral
13
millones de ciudadanos pueden votar por primera vez para elegir presidente.
En 2003 sólo 4 de cada 10 mexicanos
salieron a votar, y 70% de los que no
asistieron
fueron jóvenes entre 18 y 25 años de edad.
Así
es que los jóvenes y las mujeres me pueden dar el triunfo electoral el próximo
dos de julio.