3. El domingo me invitó Enrique Pérez Correa, diputado de AlternativaDF, al informe de gobierno de Alejandro Encinas. Decidí ir, porque tenía altas expectiativas sobre dos cosas. Una era la primera intervención de nuestros diputados, Jorge Carlos Díaz Cuervo y Enrique, y la otra era ver a Encinas quien siempre me ha dado la impresión de ser de los mejores dirigentes del PRD.
El informe del Jefe de Gobierno tiene una estructura diferente al informe presidencial. Primero todos los partidos hacen un posicionamiento en el cual está presente el Jefe de Gobierno, después es la intervención del Jefe de Gobierno, y por último cada partido tiene derecho a hacer un pregunta al Jefe de Gobierno la cual contesta en ese momento.
La primera intervención fue la de Convergencia. Terrible, terrible. Tan terrible como se puede en nuestra política nacional. Su discurso parece que lo hizo con una sopa de palabras de todos los libros de historia de la SEP de los ochenta. No había ningún marco de referencia, ni un crítica o objetivo. Se escuchaban palabras como, progreso, modernización, promesas, y desarrollo. Es decir, en realidad no sé que dijo. Aplausos de casi todos.
La segunda intervención fue la del Partido del Trabajo. Empezó hablando muy rápido sobre los éxitos del gobierno del PRD en el DF. Un éxito tras otro, sin errores o críticas. Lo único interesante fue su apoyo a la ley de sociedades de convivencia. Aplausos de casi todos.
La tercera intervención fue la de Alternativa. Jorge Carlos empezó hablando de la izquierda de valores que somos. Después hizo críticas duras al gobierno del PRD, sobre todo creo que les dolió que dijo que era difícil creer que un partido surgido de la lucha democrática no garantizara la libertad de todas las personas. Mientras hablaba se empezo a oír un tssss...del público, algo así como "uuuu eso duele". Los panistas y algunos priístas irrumpieron en algunas partes con aplausos. Al final casi todos aplaudieron menos algunos asistentes perredistas. Yo aplaudía con la emoción de todo el partido al ver a nuestros diputados en la asamblea en su primera intervención. Era algo así como su primer día de escuela. Sin duda las críticas del Alternativa al PRD duelen un poco más que las críticas de cualquier otro partido.
La cuarta intervención fue del Verde. Criticó durísimo a Fox (si me lo preguntan, tan duro que sonó falslo) y después criticó durísimo a Encinas y al PRD. El problema de su crítica al PRD es que les dijo con un tono muy muy muy fresa "en serio, por estrategia....perdieron simpatizantes, osea se los digo en serio es la peor estrategia que pudieron haber seguido."
La quinta intervención fue de Nueva Alianza. La verdad ni me acuerdo que dijeron, excepto que criticaron el apoyo del GDF al bloqueo de Reforma.
La sexta intervención fue del PRI. Tras cubrir el requisito de de las críticas evidentes, el diputado del PRI (quien claramente tenía más colmillo y experiencia que todos los demás) hizo algo genial. Se volteó hacie Marcelo Ebrard, y dijo "me da mucho gusto conocer tan bien al Jefe de Gobierno entrante, recuerdo bien cuando militaba orgullosamente en el mismo partido que yo y dirigía esta ciudad junto con Manuel Camacho". El PRI y el PRD se merecen uno al otro.
La séptima intervención fue del PAN. Aquí es donde más me sorprendí y más me decepcioné. Empezó a hablar, hizo duras críticas al GDF, y con un cinismo digno del priísmo dijo que la elección federal y local había sido inequitativa por la intervención de lo gobiernos perredistas estatales. Cuando empezó a decir esto, el público que estaba sentado en la planta baja (presidentes de partidos, delegados, invitados especiales, representantes del Congreso de la Unión, etc.) empezaron a gritar ¿Y Fox? El diputado siguió hablando, hasta que el público de arriba (donde estaba yo) empezó a gritar "Obrador Presidente!" El coro era tan fuerte y seguía más fuerte para que el panista no pudiera hablar. Lo callaban con gritos y aplausos. Aún más grave la presidenta de la mesa directiva (perredista) no intervino para pedir que se guardara silencio. Virginia Jaramillo, delegada de Cuauhtémoc, se paró frente al podio con una manta que decía "Panistas corruptos y mentirosos" y en una muestra de su felicidad, bailó en el pasillo entre las curules y después frente a su silla.
Lo que me vino a la mente fue el acto de intolerancia en el Zócalo en contra de Cárdenas. Sin embargo en la Asamblea me parece más grave. El PRD tiene mayoría en la asamblea, tiene la jefatura de gobierno, controla la mesa directiva y la comisión de gobierno, y aún así cuando un partido de oposición los critica los callan a gritos. Es decir, ni en las peores épocas de las mayorías priístas se hacía eso. Se entendía claramente que alguien que no tenía mayoría podría decir lo que fuera y después su debilidad sería demostrada en una votación. ¿Por qué al PRD le preocupan las críticas cuando tienen mayoría, cuando ganaron la elección local con más de 50% del voto? ¿Que no la tolerancia y el respeto a la diferencia son valores democráticos mínimos?
Los panistas, en lo que yo considero un acto de incongruencia, se salieron en el momento que empezó a hablar Encinas. Mucho respeto a las instituciones, pero no se quedaron a escuchar al Jefe de Gobierno defenderse de las críticas. Encinas empezó con un buena frase diciendo que quien no quería debatir era un cobarde. ¿Los invitados perredistas eran unos cobardes?
La intervención de Encinas fue una defensa irrestricta del gobierno de AMLO y de las acciones políticas del PRD. Pero hizo algo que me llamó la atención sobre las discusiones que evidentemente hay dentro del PRD. Empezó su discurso haciendo un recuento de la historia de la Izquierda mexicana desde la candidatura sin registro de Valentín Campa en 1976. Esa larga introducción la concluyó diciendo, "la izquierda a demostrado en 9 años de gobierno en el DF su eficiencia y eficacia para gobernar". ¿Ese es un discurso que incluye al futuro gobierno de Ebrard? ¿Ebrard podrá empezar algún informe de gobierno recapitulando la historia de la izquierda?
Encinas sabe lo que es la historia de la izquierda, ha sido actor y participe desde el registro del Partido Comunista Mexicano, Ebrard en cambio a la única historia que pertence es a la de la decadencia de dos partidos del viejo régimen, la decadencia del PRI, y la decadencia del PRD. Ebrard aprovechó la decadencia del PRI para formar grupos clientelares al márgen del PRI, y ahora gobernará con un PRD en auto-destrucción por el permanentemente asedio de estos grupos.