Larga y vieja fue la discusión entre los marxistas si la lucha de clases la llevaba a cabo una clase-en-sí o una clase-para-sí. Hoy me atrevo (por mera curiosidad intelectual) usar una analogía en los términos para un partido como Alternativa.
Clase-en-sí o clase-para-sí
La discusión surgió cuando se hizo el análisis sociológico de la producción capitalista. Este sistema económica, dicen los marxistas, tienen como consecuencia de su funcionamiento la creación de clases sociales. Estas clases son los actores en la lucha de clases que es el motor de la historia. Como la historia concluye cuando deja de haber clases tras de la lucha encabezada y ganada por el proletariado había que definir exactamente como se forman y comportan estas clases.
Unos decían que la clase-en-sí es la que provoca el derrumbe del capitalismo. Es decir, la generación y por tanto pertenencia a una clase social como consecuencia del sistema económico convierten a la clases en protagonistas antagónicos. La burguesía y el proletariado son enemigos por su existencia misma. El materialismo histórico nos enseña que la dialéctica que se establece entre estos dos actores termina en la síntesis de la sociedad sin clases. Los maoístas en general eran los que creían en la clase-en-sí. El partido revolucionario surge de las masas.
Otros decía que la clase-en-sí no es suficiente. Que la clase (en este caso el proletariado) tiene que estar consciente de su situación de explotación para poderse emancipar y romper sus cadenas. Es decir, ser una clase-para-sí. Es verdad que el proletariado y la burguesía son los actores antagónicos de la historia, pero el proletariado enfrenta a la burguesía porque se sabe explotado y crea consciencia en la lucha de clases. Por lo tanto tienen que existir aquellos que conscienticen al proletariado. Los leninistas eran los principales defensores de la clase-para-sí, e inventaron a la vanguardia revolucionaria. La importancia de la falta de consciencia y a importancia de los ya conscientes, llegó a tal nivel que los leninistas sustituyeron al proletariado por el partido.
Partido-en-sí o partido-para-sí
Esta discusión surge de la concepción de la transición política mexicana. Gracias a los cambios en las reglas electorales en 1977 se abrió el sistema de partidos a la pluralidad. Una interpretación, es que la pluralidad partidista en sí misma trae democracia. Son los partidos políticos que a través de las instituciones democráticas liberales representan una diversidad de intereses, dicen, y así se logra la representación de la sociedad. Sin embargo creo que hace falta definir que instituciones democráticas liberales queremos, y como queremos que funcionen. A diferencia de la interpretación marxista de la historia, la interpretación institucionalista, nos permite darle flexibilidad a un futuro incierto. La historia no acaba, se construye. La pregunta es entonces ¿qué historia queremos construir?
En este momento de la historia de nuestro país, un partido-en-sí es aquel que es puramente producto de las reglas del sistema de partidos para formar nuevos partidos. Es decir, hace las asambleas distritales reglamentarias, presenta estatutos, programa de acción, declaración de principios, publica conforme pide la ley boletines mensuales y trimestrales. Bajo este supuesto el antagonismo implícito en la competencia electoral es suficiente para cambiar al país (esto puede significar cualquier cosa). Por lo tanto compite con los demás partidos en los mismo términos que los demás partidos. Es cuidadoso en sus posiciones públicas pues estas pueden afectar negociaciones privadas. Representan intereses de unos cuantos al vivir inmovilizado, preparado para movilizarse únicamente en periodos electorales (cómo marca la ley). El cambio vendrá con la competencia, no importa quienes ni en que términos ni con qué compiten, el chiste es que compitan. Priístas compitiendo en el PAN, Panistas compitiendo en el PRD, Perredistas compitiendo en el PRI. Un partido-en-sí no está consciente sobre su propio papel en el sistema, sólo trabaja con el sistema.
En cambio un partido-para-sí es aquel que no sólo surge de las reglas electorales establecidas, sino de un genuino reclamo democrático. Este reclamo tiene que ver con la certidumbre de que las instituciones existentes están más cerradas que abiertas. Que la competencia no es suficiente pues es competencia en un "mercado electoral" ya cerrado. Que las instituciones basadas en las clientelas, la gestión, y el corporativismo representan poco y deciden demasiado. Un partido-para-sí es uno que no acepta las normas implícitas heredadas del sistema de partido único. Compite usando las reglas de la democracia liberal sabiendo que estas no son suficientes para representar a muchas personas en vez de a pocos intereses. Un partido-para-sí trabaja para no reproducir dentro de sí las desigualdades que existen en una sociedad desigual. Educa no para iluminar, sino para igualar. Representa no para guiar, sino para politizar a los no politizados. Un partido-para-sí no es producto únicamente de la circunstancia histórica, sino de un poco de convicción y de voluntad política. Es decir, hace política sabiendo que la política tiene que ser diferente a como es. Por esa misma razón no profetiza el fin de la historia, pero sí anhela una historia diferente.
Alternativa será un partido-para-sí, o no será una alternativa.
Excelente analogía-reflexión que haces entre el marxismo y su concepto de clase, con el concepto de lo que debe ser un partido, para representar realmente una alternativa a la forma de hacer política que actualmente se lleva a cabo en nuestro país. Nuevamente, reafirmo mi apoyo al partido, a sus ideales, y a ustedes sus líderes-fundadores que estan constantemente creando y replanteando sus objetivos para con la sociedad mexicana.
Saludos!
Publicado por: Juan M. Ramírez Velasco | 18/01/07 en 22:29