Termino el año preocupado. Hace unas semanas "intelectuales" que se consideran "liberales" como Héctor Aguilar Camín, Jesús Silva-Herzog, Federico Reyes-Heróle, Ángeles Mastretta, Isabel Turrent, Jorge Castañeda, Ramón Xirau, Leo Zuckermann, Luis González de Alba y otros (creo) presentaron un amparo frente a la reforma electoral. Su argumento central es que "la ley no debe de obligarnos a pertenecer a un partido para defender sus ideas", cosa que según ellos obliga la reforma electoral que se aprobó recientemente. Creo que con este amparo pretenden que el argumento de las televisoras sobre la libertad de expresión en contra de la ley, sea el argumento hegemónico. Yo, en cambio, creo que hay mejores argumentos, con mejores consecuencias .
¿Obligados cómo?
Sin embargo, creo que esa no es su preocupación de fondo. Todos sabemos que quien quiera expresarse, lo podrá hacer en los medios de comunicación, en la calle, etc. De todas maneras quienes no teníamos dinero para spots de televisión también quedábamos excluidos, y sonaría descabellado haber impugnado la ley diciendo "la ley no debe obligarme a tener cientos de miles de pesos para defender mis ideas", aunque de facto sí estemos obligados.
Menos dinero, más autonomía
El objetivo de la ley, y me parece acertado, es hacer que las campañas políticas cuesten menos. El costo elevado estaba poniendo a los partidos a merced de quienes pueden ofrecer dinero. Todos queremos partidos que respondan más al electorado que a sus donadores. Esta reducción se logra quitando la posibilidad de que los partidos compren espacios directos a las televisoras, sin embargo, todos imaginamos que se le podría dar la vuelta a la ley (como se hace en Estados Unidos, que se rebasan los topes de campaña con grupos independientes que financian spots conocidos como grupos 527). Por lo tanto también se bloqueó que DURANTE LA CAMPAÑA privados no puedan comprar spots PARA INFLUIR EN EL RESULTADO DE LA ELECCIÓN (para cualquier otra cosa claro que pueden comprar spots).
¿Cerrado por dónde?
La preocupación que comparto con quienes firmaron el amparo es que los tres partidos grandes están cerrando el sistema político. Cada vez han hecho más reglas para controlar y concentrar más, y repartirse mejor el botín. Pero vale la pena preguntarse si el problema es que ahora los privados no podrán comprar espacios en televisión. ¿Qué no el problema son los límites a la participación política? En las elecciones del 2006 los privados compraron espacios en televisión, y aún así muchas personas (entre ellas Jorge Castañeda) se sintieron excluidos del sistema. Muchos más, por lo menos a quienes les hubiera gustado comprar un spot pero no les alcanzó, también se sintieron excluidos del sistema. ¿por lo tanto qué no lo mejor sería hacer un sistema más incluyente?
El sistema electoral como estaba, era una distribución entre élites políticas y élites empresariales, ahora quedaron excluidas las élites empresariales, y el resto de l@s ciudadan@s estaban y siguen excluid@s. Es decir, ahora que el sistema se cerró desde arriba a los de arriba, sí levantan la voz, pero cuando se cerró desde arriba por abajo casi nadie levantó la voz.
Cerrado por abajo
El sistema electoral se cerró desde abajo en el 1996 cuando en la reforma electoral se incluyeron altos requisitos para aparecer en la boleta electoral, pero sólo 2% para entrar al congreso. En el 2003 los requisitos para aparecer en la boleta se duplicaron, a propuesta del partido Verde (sólo México Posible y el PT se opusieron) pues los partidos dentro del congreso querían menos competencia. En aquél momento igual que ahora, usan el argumento de que el problema es que los partidos pequeños son muy caros. Sin embargo la posición de México Posible (en voz de Patricia Mercado) era que se subiera el porcentaje para entrar al congreso, pero que se redujeran los requisitos (y se redujeran los privilegios) para aparecer en la boleta.
El verdadero problema de los partidos chicos es que si hay muchos dentro del congreso, te pueden fragmentar el congreso. Sin embargo la cantidad de partidos que están en la boleta no afectan la cantidad de partidos que hay en el congreso. La cantidad de partidos que hay en el congreso tiene que ver con el porcentaje requerido para estar en el congreso. En México el porcentaje para estar en el congreso es relativamente bajo, pero los requisitos para estar en la boleta son ridículamente altos. Con el sistema actual se garantiza, que aparecer en la boleta sea relativamente fácil para Elba Esther, y sobrevivir dentro del congreso sea relativamente fácil para el Niño Verde.
Como diría Lenin: ¿Qué hacer?
Si las preocupaciones de fondo son las siguientes:
1) los partidos cuestan mucho dinero por los gastos en medios electrónicos, lo cual les resta autonomía.
2) los partidos grandes están cerrando el sistema para concentrar el poder, y excluir posibles contrapesos.
3) los partidos chicos cuestan mucho, son demasiados y chantajean dentro del congreso.
Empezando por el final, habría que hacer lo siguiente:
Se deberían de reducir los requisitos para participar en las elecciones, es decir para estar en la boleta. Se debería de reembolsar sólo una cantidad fija de recursos, en caso de que un partido nuevo que compita rebase el porcentaje requerido para tener representación en el congreso. Los partidos nuevos también deben de tener parte de los tiempos oficiales en televisión que serán la única manera de tener spots en televisión. Elevar el porcentaje necesario para tener representación en el congreso. De esta manera participan con plena libertad todos los que quieran en la competencia por el voto, pero sólo quienes tiene X número de votos, tienen derecho a representación y financiamiento. De esta manera hay mucha apertura, poca fragmentación, y menos influencia del dinero en la política.
El problema de los principios
Concretamente creo que hay que combatir la hegemonía del discurso principista en contra de la reforma electoral. De nada nos servirá hablar de la libertad de expresión, si sólo quienes ya tienen poder y dinero pueden participar en las elecciones. Todos estamos en favor de la libertad de expresión, pero eso tiene que tener congruencia con las consecuencias prácticas de las leyes. Ojalá que todo el dinero y energía que se están gastando en sostener la posición de que han sostenido las televisoras se hubiera gastado en contra de subir los requisitos para estar en la boleta (Jorge Castañeda, por mal que me caiga, en esto tenía razón antes no ahora).