En su artículo de hoy, Gustavo si se lleva de descontón a todos los begnés.
La matástasis de la cultura autoritaria
Gustavo Gordillo
El otro elemento significativo es la falsificación discursiva. Oscar Wilde consideraba que en tanto la mentira es la finalidad de todo arte, la falsificación es sólo un medio para obtener ganancias. Éste es el principio de la falsificación. Adoptar el lenguaje de los adversarios para operar un descabezamiento ideológico. Dos elemento comunes al estado de ánimo de la clase política mexicana apoyan esta operación. Su menosprecio por el papel que juegan las ideas y por la memoria de las ciudadanas y ciudadanos. De ahí el trasvestismo discursivo. Misóginos promoviendo igualdad de género, homófobos haciéndose campeones de los derechos de lesbianas y homosexuales. Porros consumados acusando a las víctimas de generar violencia. Borrachines surgidos de las cloacas de la política queriendo impostarse en teóricos de la democracia y del diálogo civilizado. Cínicos que como gustaba recordar Wilde saben el precio de todo y el valor de nada.
Frente a esto hay que contar por el contrario con la memoria de las ciudadanas, con que no se van a olvidar de quienes son los camaleones y los falsificadores. Los nuevos verdes del viejo régimen. Hay que contar además con la función cohesionadora del discurso. Para regresar la política a la sociedad.
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