A nostr@s l@s pragmátic@s, nos importan mucho las ideas por una sencilla razón: las ideas tienen consecuencias. Cada vez que alguien dice "pero esas son sólo ideas" de manera contraria al pragmatismo, las ve como irrelevantes, como inconsecuentes. Sin embargo la maravilla de las ideas es que en realidad no tienen un sólo dueño, son producto de pedacería de diferentes cabezas que van soltando cada pedacito, sustituyendo otros, y remozando algunos. Esto no quiere decir que un@ no sea responsable de sus ideas, simplemente quiere decir que tomamos las ideas de las personas y el contexto que nos rodea. Las mutamos tantito, las hacemos propias, y las dejamos salir otra vez. La razón por la que somos responsables de nuestras ideas es que sin cabezas no hay ideas, no existen en abstracto, no flotan en el ether, las ideas están en cabeza de alguien.
Lo que sucedió el 16 de marzo en la asamblea de Alternativa es consecuencia de un conjunto de ideas. Y por tanto sus portadores son en buena medida responsables de lo que sucedió. Para tratar de explicarlo, haré algo sumamente arrogante, que es tratar de imaginar como funcionan las cabezas de estas personas. No pretendo estar en lo "correcto", simplemente trato de buscar una explicación un poquito más complicada a las más evidentes, para entender esta experiencia.
1. Alberto Begné: tiene alguna inseguridad notables sobre sus conocimientos (¿a quién le importa cuanto sabe cada quien, excepto cuando por inseguro te lo quiere restregar en la cara?), y simula permanentemente saber más de lo que sabe. Tengo la impresión que tiene la cabeza más blanda y por tanto quien más imita y menos piensa. Begné antes del 16 de marzo compró un conjunto de ideas que lo llevaron a concluir que nos tenía que sacar aunque fuera a golpes. Literalmente estaba harto de nosotr@s.
2. Díaz Cuervo: este no es un tipo inseguro intelectualmente. No sabe mucho, pero no le importa, no trata de simular como hace Begné. En ese sentido es más auténtico. Sin embargo sus inseguridades están en otra parte y tienen más que ver con su búsqueda de relaciones jerárquicas. Sólo sabe ver desde arriba hacia abajo. Díaz Cuervo siempre habló con despreció de "las feministas", de "los putos", "de los jóvenes", es decir de cuanto pudiera con tal de sostener alguna relación jerárquica. Díaz Cuervo desde hace mucho se hizo a la idea de que "ell@s son inferiores" por lo tanto no tienen derecho a estar aquí.
3. González Compeán: de alguna manera Begné quiere ser como él, pero no tiene nada de admirable. Puede tener buenas ideas, pero es imposible que las lleve a cabo. Todas se quedan en un chispazo, que se apaga rápido. Sin embargo la idea más clara que tiene es que en la política todo se vale. Todo. Antes de que llegara el a Alternativa, incluso los más transas, asumían que existía algún límite. González Compeán chafa imitador del priísmo de los treintas repite y repite "así es la política, y todo absolutamente todo se vale".
4. Enrique Pérez Correa: en palabras de Begné, "tan sólo es un operador efectivo". Eso sí un operador efectivo, que su operación no es desinteresada frente a las instrucciones de su jefe. Un día quien "tan sólo es un operador" será el jefe. Para Pérez Correa, no es que todo se valga, sino que simplemente se hace lo que se tiene que hacer, y si se puede hacer por afuerita de la ley mejor. Nada le hace sentir mejor que "demostrarse" más listo que todos.
5. Razú y Pascoe: bueno ellos dos en realidad se han convertido tan sólo en sicofantes. A Razú por suerte no lo conzco mucho así que no tengo claro por qué se metió en esto. En cambio en el caso de Luciano, es más claro, está dispuesto a aplaudir cualquier cosa que hagan o digan los otros con tal de dar evidencia de su siempre cuestionable lealtad.
Con el conjunto de estas ideas es como se construyó un ambiente intelectual en el cual contrataron golpeadores para echarnos de la asamblea. Si hay algo así como autores intelectuales, y en este caso, es un grupo entero. Todos son porros, pero sólo a uno hicieron rey. Al Rey de Porros, Begné.
Begné dice "ya estoy harto de ellos". Díaz Cuervo dice "yo también, los detesto, no tienen nada que hacer aquí". Compeán dice "si estás harto, y no tienen nada que hacer aquí, entonces vamos a echarlos, al fin y al cabo que así es como se hace". Pérez Correa remata, "yo me encargo". Razú aplaude, y Pascoe aplaude para que lo vean los otros aplaudir.
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