No puedo dejar de reconocerlo, no nos fue bien. Construimos un partido, contra viento y marea, hicimos una campaña presidencial, contra viento y marea. Empezamos a perder el partido, sin viento y sin marea, tratamos de recuperar el partido contra viento y marea. Ahora nos ganó la marea, porque el viento....no nos hizo nada.
La democracia como mínimo de superviviencia
Sin considerar el resultado de la Asamblea Nacional del sábado pasado, creo que la lección más grande que me llevo es que efectivamente los mínimos de libertades y procesos democráticos son una buena herramienta para sobrevivir en sociedad. No hay duda, no tuvimos mayoría, pero definitivamente no es lo mismo que cuando nos echaron de la Asamblea del 16 de marzo con golpeadores. En aquel momento me sentía sobre todo víctima de una bola de delincuentes, y de la impunidad con la que operan en nuestro país. Quería salir a las calles a gritar a mil voces la injusticia brutal que se había cometido. De mala manera, nos quitaron la voz y nos quitaron el voto. Lo hicieron de manera burda, poco imaginativa, y poco inteligente. Nos excluyeron y expulsaron con violencia.
En cambio hace unas semanas, y otra vez este fin de semana pasada, con todo y las trampas, los acarreados, las amenazas, los insultos, y la compra de votos siento que se cumplieron mínimos democráticos. Se violaron los procedimientos, Begné hizo todo por mantener a todos sus cuates en las cúpulas, se repartieron cargos entre familiares, no usaron argumentos, no se cumplieron requisitos, etc. Pero con todo eso, nos dejaron hablar formalmente (informalmente nos interrumpían, gritaban, y abucheaban), y a casi tod@s nos dejaron votar.
La injusticia ahí sigue, pero no en la magnitud de la vez anterior. La vez anterior quería que a tod@s los que orquestaron el golpe se fueran al infieron, hirvieran en aceite ardiente, recibieran los golpes que nos tocó recibir, etc. Ahora sólo quiero que se vayan a la cárcel. 1) por mandar golpeadores (esto ya casi todos ellos lo reconocen en pláticas casuales), y 2) por desfalco al partido (si, estoy abierto a ser amenazado a que me denuncien por calumnia, pero no me preocupo, tengo preubas, y ellos saben que las tengo). Antes estaba enfurecido, ahora sólo estoy enojado, enojado con ellos por transas, pero enojado conmigo por haber cometido el error de en algún momento confiar en ellos.
Reconcer errores propios
Considerando que Begné logró en estos dos años, pelearse con las y los fundadores del partido, pelearse con la ex-candidata presidencial, pelearse con la fracción parlamentaria, es decir dividir al partido; y que también logró reducri el reconocimiento de nombre del partido de 30% a 3% en un par de años, a elevar la proporción de rechazo, y bajar de 2.71% la intención de voto a .1%; es absolutamente impresionante que no sea capaz de reconocer ni un sólo error, ni uno sólo. Por eso digo que es un político tradicional.
La sesión de la Asamblea Nacional duró como 19 horas. Terminamos a las 5:30 de la mañana, y a las 12 del día ya estabamos de regreso para empezar el Consejo Político Nacional, y elegir al nuevo CEN. Una vez que perdimos la votación, vinieron dos cosas importantes 1) la aprobación del presupuesto anual, y 2) la aprobación del plan de trabajo de Begné. En el primer caso, a Begné debe de darle vergüenza lo que presentó como presupuesto, pues tan sólo era una hojita con un cuadro de media hoja, con una serie de números, pero sin fechas, ni objetivos, ni totales, ni título. La pregunta obvia es ¿a caso no lo hubieran corrido del IFAI si le presentaba a los comisionados un presupuesto así? En el segundo caso, un muy chafa plan de trabajo que lo que hace es una y otra vez decir que lo importantes es ser "socialdemócrata" sin decir que significa. Es decir, usa la retórica ideológica como en las peores épocas del discurso político del PRI y los objetivos y logros de la Revolución....
En fin, ahí Jesús Robles les puso la madriza de su vida al demostrarles su muy evidente y chafa simulación retórica. Yo aproveché para reconocer en público un error que creo que cometí hace muchos meses. Mi intervención, si no mal recuerdo, fue algo así:
Llamo a votar en contra del plan de trabajo presentado por el presidente del CEN porque no establece ninguna estrategia desarrollada claramente para que el partido mantenga el registro en las elecciones del 2009. Sin emabrgo, aprovecho para decirles que lo que ha culminado este día, en el fondo me da mucho orgullo. Me da orgullo porque aquí la historia de nuestro partido deja de ser una, y se convierte en dos. En nuestro partido la disidencia ha sido castigada con exclusión, y la prueba de ello es el cambio de nombre que en un acto de mezquindad remueve el motivo de orígen para hacer un partido nuevo.
Ahora son dos historias, y a mi me da orgullo pertenecer a la corriente política que pertenezco, Alternativa. Estoy en una corriente política, aunque siempre me opuse a la formación de corrientes, al igual que Alberto Begné. Sin embargo Begné en la primera oprotunidad que tuvo formó su propia corriente que ahora llama "Nueva Mayoría".
La mayoría de ustedes me conoce ya desde hace cuatro años, y saben que como activista político, llegué sin experiencia previa, y me he formado a lado de Patricia Mercado y otras compañeras feministas, a lado de Carlos Martínez de la Torre, y de Jesús Robles Maloof,entre otros, para hacer política de otra manera. Esto lo saco a colación no sólo porque me de orgullo, sino porque creo que cometí el error de no haber escuchado a Carlos Martínez con mayor atención.
Cuando en un verdadero esfuerzo e intención por democratizar nuestro partido propusimos estos estatutos, Carlos me advirtió "Andrés, está muy bien que creas en la competencia democrática, sin embargo para la mayoría de los que estań aquí la competencia democrática no significa lo mismo que para tí. En este proceso, verás a las peores clientelas moverse, verás dinero salir de lugares inimaginables, y sobre todo verás a la personas sacar lo peor de sí mismas".
En este último año, he visto de todo, pero sobre todo vi a la gente sacar lo peor de sí misma. Vi a Alberto Begné pasar de ser un funcionario público con cierto prestigio a convertirse en un líder de grupos clientelares y porriles. Vi a Luciano Pascoe pasar de ser un Coordinador de pre-campaña presidencial a ser un golpeador mediático. Vi a Jorge Carlos Díaz Cuervo, pasar de ser un dirigente de partido que veía en el interés del partido, a convertirse en un político que ve sólo por intereses de grupo o personales...
En respuesta a eso se paró David Razú e hizo una de esas tan frecuentes intervenciones, que Jeús Robles, bien señaló como decisinismo político. "Lo que dijo Andres es falso, porque no es cierto. Nosotros somos mayoría y hoy se demostró que somos mayoría. Por eso hacemos lo que hacemos, porque al ser mayoría podemos hacerlo. Entonces hay que hacerlo, pues nosotros somos mayoría..."
El ejemplo a seguir
El ejemplo a seguir sin duda es el de Patricia. Sostenerse a lo largo del tiempo para no dejar de dar la batalla. Aguantar los momentos difíciles con la frente en alto. Sí, reconocer errores, pero no por ello claudicar. Defender los derechos, todos,el derecho a convertirse en mayoría, pero sobre todo el derecho a ser reconocido como una minoría. Aceptar el rigor de la competencia democrática, cuando se cumplen los mínimos necesarios para que se pueda caracterizar como democracia y libertad. No tenerle miedo al otro, sino reconocerlo y hablar. "Para ganar tenemos que reconocer que hay otros que no son idénticos a nosotros..."
Los reconocimos, les perdimos el miedo, y debatimos. No hay la menor duda les ganamos todos los debates. Fuimos durantes dos días verdaderos parlamentarios. Ellos sesgaron el procedimiento en la Asamblea para siempre contestarno, pero aún así sus respuestas eran malas aunque fueran acompañadas de mecánicos aplausos. Sus respuestas nada tenían que ver con el interés del partido, y todo tenían que ver con los que tomabamos la palabra. Los muy burros trataron de humillarnos, de insultarnos, de intimidarnos, y terminaron por enaltecernos. Terminamos ganándonos el respeto de muchos, por el simple hecho de defendernos con dignidad hasta el final. La actitud de desprecio de ell@s hacia nosotr@s fue tan obvio, que hasta a sus aliados terminamos por caerles bien.
Es decir, el ejemplo a seguir es el de Patricia, el de no rendirse, el de perseverar, el de resistir: el derecho a insistir.