En un artículo anterior proponía que la partidocracia se puede entender como un arreglo institucional, basado en reglas formales e informales que cierra los espacios de mayor participación ciudadana en los procesos electorales por medio de acuerdos oligárquicos. Añadía que denunciar este arreglo no significa rechazar una idea central de la democracia moderna, que es la existencia de un sistema sólido de partidos políticos. Es combatir su degeneración.
...
Esta rigidez discursiva y la parálisis política a la que da lugar el arreglo partidocrático hacen particularmente vulnerable al sistema político en condiciones de perturbaciones de gran magnitud como la crisis económica que ya está aposentada entre nosotros. Su más grave vulnerablidad está en su falta de resiliencia, es decir en la poca capacidad para absorber shocks manteniendo, a pesar de ello, cierta forma de control sobre su integridad inicial.
Comentarios