El discurso que dio Denise Dresser en el foro sobre la crisis económica en el Senado, es una verdadera y sana madriza. El rol básico de Dresser es el de académica y docente, sin embargo, su discurso es el de alguien que está haciendo política (lo digo en el buen sentido). Política no como la entendemos cuando vemos a los tres coordinadores parlamentarios sonrientes en un pasillo de la Cámara, sino política como el cuestionamiento de presupuestos silenciados en un sociedad. Es decir, Denise Dresser cuestionó las relaciones de poder en nuestro país haciéndolas visibles, diciendo lo obvio que pocos dicen. La potencia de la re-revelación de la obviedad usada como la pólvora para movilizar la rabia. Por ejemplo:
¿Quién
gobierna en México? ¿El Senado o Ricardo Salinas Pliego cuando logra
controlar los vericuetos del proceso legislativo? ¿La Secretaría de
Comunicaciones y Transportes o Unefon? ¿La Comisión Nacional Bancaria o
los bancos que se rehúsan a cumplir con las obligaciones de
transparencia que la ley les exige? ¿ La Secretaría de Eduación Pública
o Elba Esther Gordillo? ¿La Comisión Federal de Competencia o Carlos
Slim? ¿Pemex o Carlos Romero Deschamps? ¿Ustedes o una serie de
intereses que no logran contener?
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Con todo lo que eso me pudo gustar, me quedo con un par de preocupaciones.
La fuerza y valor del discurso de Dresser está en la madriza a políticos y empresarios. Sin embargo en las soluciones que "ofrece" existe una contradicción que aunque puede parecer una minucia de política económica no lo es. La contradicción está entre el (1) mercado libre y eficiente (auto-regulatorio) y (2) el Estado fuerte y efectivo (regulador).
En el discurso la fe está depositada en el libre mercado. El argumento es que la capitalismo democrático es aquel donde hay tanta competencia que los mercados son más eficientes y los precios a los consumidores más bajos. No hay barreras de entrada ni de salida. +competencia=+eficiciencia=-precios.
El capitalismo de compadres no es lo mismo que el capitalismo de Estado, pero para los críticos del segundo no hay diferencia, entre ellos la economista citada Anne Krueger quien es básicamente una anti-estatista que lo que denuncia es la lógica de la intervención del Estado en la economía (es tan extraña la construcción de argumentos de Dresser, que cita en el mismo bando a Krueger y Stiglitz, aunque son archi-enemigos [sí archi-enemigos como Batman y el Guasón]).
El problema del capitalismo del compadres no es que se escojan ganadores (en Taiwan, Japón, Korea, China, etc se escogieron ganadores y hoy son países que han crecido en 30-40 años como ningún otro). El problema es cómo y por qué se escogen ganadores. Nuestros "reformadores" de los noventas argumentando la competencia y el libre mercado (y también citando a Krueger) escogieron sin escoger a los ganadores (oligopolios) que hoy tenemos. Se escogieron por ser compadres (argumentando que el Estado era buscador-de-rentas), por ser cuates, por actos de corrupción, por listillos, por abusadores, por engañifas, por complicidades, tapaderass, y otras cosas feas.
En cambio en los países que crecen, los ganadores se escogen como una política de Estado, que quiere promover el crecimiento de ciertas industrias bajo criterios establecidos públicamente. Es decir, no está mal que hayan acuerdos entre Estado y privados para restringir la competencia, la pregunta en todo caso es ¿protección a cambio de qué? Protección a cambio de invertir nacionalmente, respetar criterios de los mercados internacionales, expandir el mercado local, invertir en tecnología o protección a cambio de proteger y sostener a la élite política. En Korea se protegió por las primeras razones, en México por las segundas.
Es decir Dresser tiene razón cuando dice que el problema de fondo es la debilidad del Estado, pero no estoy seguro que la tenga cuando dice que lo mejor que nos puede pasar es más mercado.
Su frase, "En pocas palabras, usar la capacidad del Estado para contener a aquellos con más poder en el gobierno, con más peso que el electorado, con más intereses que el interés público", es la importante porque lo de "Al capitalismo en el cual las autoridades crean condiciones para los mercados abiertos, competitivos, innovadores, que proveen mejores productos a precios más baratos para los consumidores" es más de lo mismo, y es el argumento de los enemigos del Estado.
Gracias a Genaro y Brando por llamarme la atención sobre el discruso...
Te puse mis comentarios en el FB, pero no sé si te notifica que así hice y me di cuenta de tu post ahorita. Te lo dejo aquí, aumentados:
La cita a Krueger en efecto tiene el tufo de miedo al Estado interventor en la economía que produce sólo una burocracia rentista, pero no se quedó ahí. La solución a Krueger, me parece, pasa por la rendición de cuentas, por Stokes, Manin y Przeworski. La defensa del Estado intervencionista en la economía pasa por el "milagro económico asiático." Por el excelente trabajo de Amsden sobre Taiwán, que en su momento fue una cachetada al FMI y al Consenso de Washington. En el mismo espíritu, el trabajo de Attal Kohli sobre Corea pugna por un Estado intervencionista, con una burocracia racional, alla Weber, educada. El error de Kohli y Amden es no ir más allá de dar por hecho que Corea reprimió sindicatos y Taiwán no era-es democrático y conectar ésto con la rendición de cuentas, que me parece que sí hace Dresser. El debate en el que está hoy inmerso EU, con Obama y el papel del Estado, será fundamental, no crees?
Creo que Denise en efecto tiene muchas contradicciones, tal vez sean en su interpretación de Krueger, al igual que en poner juntos a Batichica y al Guasón, pero creo que con los años su fe ciega en el libre mercado ya no lo es tanto. Por mi lado, mi fe ciega es en la rendición de cuentas, en bringing back the P to IPE....
Comparto contigo mucho la idea sobre el valor de decir lo obvio, pero el escenario donde lo dijo da para ahondar más. La articulación, el performance, podría enriquecer la idea de James Scott en Weapons of the Weak, sobre las formas de resistencia de todos los días. Por último, te invito a ver los comentarios de los lectores en El Universal o en los diarios que reprodujeron el discurso o en Youtube. Comentario, tras comentario que decían "pero que webotttees de vieja," "qué pantalones," todos evidencian hasta el cansancio la asociación de la valentía con los órganos masculinos, la compulsory heternormativity.... El discurso de Denise da hasta pa eso...
Te leí con gusto en El Universal. Te recomiendo el trabajo de Bent Flybvjerg y planeación urbana. Si no lo conoces, échale un ojo.
Un abrazo
Publicado por: Genaro Lozano | 11/02/09 en 17:31
Muy bueno, lo voy a reenviar...
Publicado por: Alfonso Tamés | 12/02/09 en 9:42