Hay una dicotomía que no acepto: o se es reformista o se es revolucionario. No sólo creo que se pueda ser las dos cosas en paralelo, sino que también creo que se puede ser de manera secuencial.
Del romanticismo
Cuando mi romanticismo está encendido no sólo se enciende, se incendia. No lo puedo detener mi imaginación empieza a correr sin freno. Imagino cosas que producen lo que no puedo imaginar. Totalizo un mundo diferente, y por eso no le puedo dar ni color, ni forma, ni patrón. Lo totalizo de manera festiva, como una explosión que lo que permite son miles de millones de explosiones simultaneas y diferentes.
Imagino un festival, un carnaval sin control. Unas brincan otros se agachan, unas corren otros pintan, unos gritan otras lloran, unas sonríen otros abrazan. Imagino la multiplicidad de imaginaciones imaginando cosas que aún no puede imaginar. Imagino millones de cabezas dándose oportunidades para imaginar las cosas que ahora no se permiten imaginar. No imaginan hoy, porque no sirve para mucho imaginar. Nos repiten una y otra vez que no perdamos el tiempo, que hagamos lo que se que por algo se hace. Que no intentemos porque fracasaremos y el fracaso es doloroso. Pero no nos dicen que es más doloroso el encierro, la ficción de lo que importa por ser siempre igual. Los que se pierde, lo que no dura, lo que sólo pasa, eso es lo que se queda esto es lo que resulta más importante que lo importante. Lo que siempre está no importa, siempre está. ¿para qué quieren que lo repitamos? ¿para qué quieren que digamos lo que ya dicen? ¿por qué no decimos otras cosas tan sólo para ver que pasa? ¿por qué no intentamos todo todos todo el tiempo?
Del gradualismo
Cuando acepto la calma es porque tengo una paciente esperanza. Creo que el mundo cambia, pero que cambia lento. Que sólo hay que depositar pedazo por pedazo de la vida propia para un día ver que cada pedazo hizo un camino que no podría haber sido muy diferente. Cuando tengo esa calma confío en que muchas personas están pensando lo mismo que yo. Pierdo el sentido de urgencia porque ya saben cómo, ya actúan en consecuencia, ya depositan pedazo por pedazo de la vida propia. Al fin y al cabo muchas vidas, miles de millones, ya se han vivido así y el mundo cada día es un lugar diferente. Cada instante es diferente al anterior, cada momento que se siente en el borde de la experiencia ya es diferente al anterior.
No es necesario correr, uno puede flotar dejarse llevar por la corriente y tan sólo ir dirigiendo con pequeas palmaditas el rumbo. Ahí está lo imaginable, lo que no es tan difícil. Lo que todavía no existe pero que nadie se sorprenderá por completo si logramos que exista. Así es como imagino discusiones, argumentos, votaciones en cada vez más lugares y más seguido. Con un nuevo argumento se puede convencer a alguien más de que hay que construir lugares y momentos donde siempre se puedan dar maś argumentos. Pero para eso también tenemos que intentarlo, tenemos por lo menos que darnos la oportunidad para pensar que las cosas no tienen que ser así, que pueden ser un poquito diferentes cada vez que lo son. ¿qué cuesta un pequeño intento más? ¿sí sólo vamos a perder tiempo que de todas maneras está perdido, por qué no lo perdemos en esto una vez más?
Voy llegando de un festival y leo el carnaval que desfila en tu mente.
Me imagino que se vale imaginar lo que se hace posible couando se intenta lo imposible.
Alguien imagina al mismo tiempo y me pregunta ¿qué es esto, una fiesta?. Contesto que sí, y el festejo imaginario comienza.
Publicado por: anonimo | 22/03/09 en 1:58
Contenta de descubrir este blog. Termino asuntos urgentes, vuelvo pronto!
Publicado por: o-lu | 28/03/09 en 4:13