Una de las grandes sorpresas en la Asamblea Nacional por el Voto Nulo (ANVN) es que cuando se hizo la votación indicativa sobre la agenda que apoyarían las organizaciones presentes, la reeleeción fue rechazada por una mayoría. Entre la minoría estuvimos varios, que si uno pudiera describirlos por lo menos parecíamos polítólogos (jeje, medio ñoños). La sorpresa sobre todo fue para quienes habían presentado el documento escrito por Alberto Szekely y Denise Dresser en dónde la reelección aparecía como una de las propuestas centrales. No hay duda me sorprendí, no me gustó perder la votación, pero confieso que celebré que demostraba que estabamos en un espacio democrático dónde la mayoría expresó no estar de acuerdo con lo que parecía un consenso preestablecido.
El mensaje central de la votación, pues acordamos volver a discutir el tema, es que quienes defendemos la reelección tenemos que hacer mejor nuestra chamba de convencimiento. Asumiendo que pasaría sin mayores broncas el tema los más defensores de la reelección no se esforzaron mucho, y los que estaban en contra hicieron un mayor esfuerzo.
Si entre mis argumentos, cuando hablé frente a la Asamblea, le hubiera dedicado algo al tema de la reelección, hubiera dicho lo siguiente:
1) No quiero entrar a los detalles de los argumentos tradicionales sobre la reelección como mecanismo de rendición de cuentas. Entiendo el argumento como el de la posibilidad de castigar a un gobernante que hace mal su trabajo, en vez de dejarlo ir porque no tiene otra opción. Es decir, entiendo que la reelección puede ser premio o castigo que provenga de los electores que ya una vez eligieron a un representante Sin embargo también comparto la preocupación de quienes creen que el problema es que quienes hoy están en el poder usarán todos los medios a su disposición para mantenerse en él. Si hoy usan dinero público, trampas, y amenanzas para pasar de un cargo a otro, no podemos imaginar que harían algo diferente para mantenerse en el mismo cargo.
2) Aún así creo que el argumento no debe ser sólo sobre ellos. Creo que debe ser sobre nosotros, sobre los ciudadanos que queremos premiar o castigar. Sobre los que en Oaxaca trataron de tumbar a Ulises Ruíz y los que en Puebla se movilizaron en contra de Mario Marín. La reelección le puede dar continuidad a los goberntantes, pero más importante le puede dar continuidad a la oposición. No hay nada más disruptivo para un movimiento opositor que el cambio de el gobernante en turno sin poder expresar en las urnas su rechazo. El nuevo "candidato" del partido en el poder no sólo puede usar los recursos de el gobierno para ganar la elección sino que puede renegociar su coalición gobernante, e incluso distanciarse del gobernante anterior. Es decir el nuevo candidato tiene dos herramientas que hacen más difícil el trabajo de la oposición: recursos del gobierno, y renegociación con promesas futuras y distnaciamiento del gobierno en turno. En cambio si se presenta a reelección un gobernante sólo tiene los recursos de gobierno, pero es mucho más difícil negociar con la oposición, porque tienen que hacerse cargo de su coalición gobernante antes de poder contruir una coalición con quienes han sido opositores.
Un ejemplo: ¿Si Salinas se hubiera presentado para reelección en agosto de 1994 hubiera sido más fácil o más difícil que el PRI se mantuviera en el poder? No sé, tal vez en Agosto todavía era popular, pero también podemos imaginar que para el PAN y el PRD hubiera sido menos tolerable la perspectiva de otros 6 años de Salina ¿hubieran construido una coalición opositora?
Otro argumento: la reelección da independencia a los militantes de los partidos. En los estados donde el Gobernador controla las candidaturas de su partido, la no reelección representa una herramienta más de concentración de poder. Los candidatos saben que para crecer, tienen que quedar bien con su jefe político y no con los electores. Eso genera un poder legislativo (sobre todo el Congreso local), sin incentivos para tomarse en serio su función de rendición de cuentas.
Si hubiese reelección, los diputados tendrían incentivos para intentar brillar con luz propia.
Publicado por: Onesimo | 04/07/09 en 11:48
En efecto, el punto que la Asamblea del 30 de Junio postergó para su discusión (la reelección) no será de fácil convencimiento. Parece que la mayoría puede inclinarse al sí, aunque muchos nos cuestionamos el cómo. En principio, la reelección presidencial y de gobernadores de los estados es un tema que debe estar fuera de agenda. Por lo que toca a legisladores de las dos cámaras así como la de presidentes municipalee sin duda que debe ser considerado e impulsarlo para lograr una mayoría aprobatoria.
Argumento por qué no presidente y gobernadores; el sufragio efectivo y la no reelección junto al plan sexenal son herencias de un tiempo histórico que tuvo su razón. Tocarlos, cuando menos por ahora, le daría a algunos políticos en el poder la tentación inevitable de encontrar un hoyote legal para abonar el terreno de la dictadura. Incluso veo muy difícil establecer en la constitución la posibilidad de adoptar la reeleción tipo Estados Unidos: un máximo de dos periodos consecutivos y de cuatro años cada uno.
En cambio, los tres años de diputados y presidentes municipales, permiten mayor flexibilidad para ampliar el tiempo por otro periodo igual y consecutivo. Además la elección intermedia, como la actual, podría retomar lo que debería ser: un premio o un castigo al poder ejecutivo. Desde luego coincido con Onésimo: "los diputados tendrían incentivos para intentar brillar con luz propia." Eso en cuanto a legisladores.
Los gobernantes a nivel municipal tienen en la práctica poco tiempo para demostrar su buen gobierno. Incluso, soy de la idea de que debiera ampliarse a cuatro. Y aquí sí, aplicar le reelección por un máximo de dos periodos consecutivos y de cuatro años cada uno.
Qué es lo que veo. El partido que haya llevado por elección popular a un gobernante tiene que jugar con las reglas de cumplir con sus electores para recibir un premio de reelección o postular nuevos candidatos comprometidos con el buen gobierno de su antecesor. Para la oposición, lograr mayoría electoral denunciando los actos de un mal gobierno en cualquier periodo de renovación de poderes.
¿Por qué la reeleción con límite de tiempo, digamos acotada? Aunque acepto que la comparación puede no ser apropiada espero darme a entender. La propuesta de pena de muerte, que además no comparto, me parece tiene un argumento incuestionable: ¿con el aparato judicial que tenemos está garantizada su impecabilidad? Me temo que no. Así de contundente es para nuestra actual clase política mexicana. Aunque la limpia no sería de un plumazo, el tiempo estaría a favor de la ciudadania y en contra de los gobernantes y legisladores. Tan sencillo como que la vida es muy corta y no podemos darnos el lujo de desperdiciarla en malos gobernantes (bueno, así debería ser).
Y ya para terminar. ¿Es una broma muy sofisticada de tu parte el hipotético "hubiera" de 12 años de Salinas, verdad? ¿O no?
Mañana a votar nulo.
Publicado por: edymex | 04/07/09 en 12:31