Está raro poner de título "Mi reforma política", lo digo por el "mi". La pregunta obvia es ¿y quién diablos eres tú?
Hace unos días fui a la presentación de un libro. Discutía con un amigo sobre el liberalismo y esas cosas. No me acuerdo bien cómo pasamos de un lugar a otro, pero hubo uno de esos silencios colectivos extraños justo cuando dije "no creo en el individualismo". Poner por título "Mi reforma política", me da opoirtunidad para explicarme mejor.
Mí reforma política, no es mía mía. Está construida con pedacería de cosas que le he leído y escuchado a otras personas (bricolage le dicen)...quiero pensar que la contribución no está en el contenido mismo, sino simplemente en la selección, forma de combinación y justificación. Más allá de eso no puedo clamar autoría. El autor, el individuo que dice ser el autor, ha muerto. Rip, Mix, Remix, Type, Burn.
La reforma política que traigo en la cabeza no incluye todo lo imaginablemente deseable, sino aquello que creo que ya está adentro de la discusión, y un par de elementos más que no me parecen muy alejados. Si tengo que resumir lo que motivan la selección de estos cinco puntos, es que no me preocupa mucho "la capacidad para lograr acuerdos" ni la "eficiencia legislativa", me preocupa más mucho más "la calidad de la representación que llega a acuerdos" y la "calidad legislativa". Esto me parece importante aclarar porque es muy común hablar hoy de parálisis o de la falta de acuerdos, cuando en realidad lo que vemos es que se hacen muchos acuerdos y se modifica legislación, pero pocos son acuerdos en los que mucha gente se sienta representada, y las modificaciones legales suelen hacerse al aventón sin considerar las implicaciones de cada modificación.
- Libre organización de partidos políticos y candidaturas independientes
- Reelección de legisladores y municipal
- Menos dinero a partidos y transparencia
- Segunda Vuelta (no concurrente)
- Iniciativa Ciudadana y Referéndum
Esta lista no la pongo simplemente como un listado que pueda ser separado caso por caso. Creo que algunas de estas partes del sistema político por sí solas podrían traer algunos beneficios moderados, y creo que otras partes por sí solas podrían llevarnos a una peor situación. Esto lo aclaro porque lo que me gusta imaginar de estos cinco puntos es que en su conjunto pueden funcionar como un sistema. Un sistema político que funcione mejor que el actual.
1. Hoy en México los partidos políticos que participan en las elecciones tienen poca competencia. Sí, compiten entre ellos, pero al ser tan limitada la competencia (en la boleta sólo se presentan entre 5 y 8 partidos y candidatos), logran construir un cartel sobre algunos temas y formas de funcionamiento. Es decir hay cosas que si cambiaran les afectarían a estos 5-8 partidos, y han logrado ponerse de acuerdo implícita y explícitamente para que no cambien. Una de estas cosas en las que se han puesto de acuerdo, es el método de nominación de candidatos. La gran mayoría de las candidaturas hoy en México están designadas por las cúpulas de los partidos políticos, por lo tanto aquél candidato potencial que diga algo que está por fuera del acuerdo implícito o explícito que tienen los 5-8 partidos, es probable que nunca sea candidato.
Al día de hoy, no se pueden presentar candidatos sin el apoyo de partidos, ni se pueden formar partidos políticos hasta el 2015. Esto no tiene que ver con cuantos partidos hay dentro del Congreso, sin con cuantos candidatos pueden participar en la boleta y competirle a los partidos políticos que hoy existen. Si esperamos que los partidos que hoy existen funcionen mejor que como hoy funcionan, ponerlos a competir con otras organizaciones y candidaturas no les hará mal. Por el contrario, tendrán que hacer un mayor esfuerzo por ser incluyentes y representativos.
Por eso, creo que en este caso no sólo se debe abrir a candidaturas independientes, sino a la libre organización de partidos políticos. Esto segundo quiere decir que básicamente cualquier grupo de ciudadanos pueda presentar candidatos en elecciones federales o locales. Un partido podría presentar un solo candidato en un solo distrito, o presentar candidatos en 25 distritos, o presentar candidatos en 200 distritos. A partir del número de candidatos presentados se podrían asignar diferentes prerogativas públicas para que la competencia sea mínimamente equitativa.
2. Primero, el mecanismo con el que las cúpulas de los partidos políticos que hoy participan en las elecciones aseguran poder nominar a los candidatos que les convenga y nunca a candidatos que los reten, es la no reelección. Cada vez que va a terminar un periodo legislativo o de gobierno, quienes fueron legisladores y gobernantes empiezan a hacer cálculos sobre su futuro político. Como la reelección no es posible, y no tienen que volver a someterse a una elección en la que pueden perder, lo mejor que pueden hacer quedar bien con quien controla las candidaturas para otro puesto. Como dije en el punto 1, quien decide son las cúpulas partidistas, y no hay manera de que un político que no quede bien con su cúpula compita por un partido que forme o compita sin el apoyo de un partido. Su trabajo futuro, una vez que dejen de ser gobernantes o legisladores, vuelve a estar sujeto a la voluntad de la cúpula partidista. Por esta razón un legislador o gobernante que está en desacuerdo con su cúpula (o con los acuerdos que hace su cúpula) no puede indiciplinarse si quiere continuar su carrera política.
Segundo, no hay nada más difícil en México que competir en una elección como oposición. Cada vez que se organiza la oposición al un gobernante o legislador, quien organiza la oposición sabe que ser oposición a esa persona en particular sólo dura hasta el último día en el cargo. Es decir cuando hay malos gobernantes y legisladores, lo único que nos queda es quejarnos y esperar a que se vayan. En cambio si hubiera reelección, no sólo estaríamos sentados quejándonos hasta que se vayan, sino que nos organizaríamos frente a la oportunidad de correrlos o el riesgo de que se quedaran.
Hoy, cuando empiezan las campañas, quienes compiten como oposición tienen un doble reto. No sólo tienen que demostrar que pueden ser gobierno, sino que tienen que demostrar que el sustituto automático del partido gobernante, sería exactamente igual. Como los políticos, se parecen, pero no son iguales, esto suele ser muy difícil. No es lo mismo Montiel que Peña Nieto, no es lo mismo Natividad González que Rodrigo Medina, no es lo mismo López Obrador que Marcelo Ebrard, no es lo mismo Felipe Calderón que Vicente Fox. Son casi lo mismo, pero no lo mismo. Y ese casi, hace que desde el poder hagan una campaña que no tiene que pagar los costos de haber estado en el poder...por que no son ellos los que estuvieron en el poder sino unos "casi" como ellos. Ese "casi", suele ser la manera con la que se logra que la oposición no sea mucha ni esté únificada, pues hay opositores que dejan de serlo porque el "casi" les parece menos grave.
3. Hoy,el único presupuesto público que está en las constitución es el presupuesto de los partidos políticos. Es decir, no importan que pase en nuestro país, no importa la economía, la política o la sociedad, los partidos políticos que hoy existen seguirán recibiendo su presupuesto sin tenerlo que ajustar a nada más que la cantidad de personas que hay mayores de 18 años. La cantidad de dinero que reciben ha ido creciendo con el tiempo, y cada vez queda menos claro para qué necesitan tanto dinero. Sobre todo porque hoy los partidos políticos reciben dinero que originalmente estaba destinado a la compra de espacios en medios de comunicación, pero que hoy por ley se les asignan directamente sin necesidad de que incurran en gastos.
La grandes cantidades de dinero que manejan los partidos políticos creo que han logrado dos cosas. La primera es que han corrompido a sus propios militantes y en parte al electorado. No hay operador político que no se queje que ahora, todo representante de casilla, o repartidor de volantes debe de estar a sueldo. Y claro en la versión más perversa los votantes están a sueldo. Unos sí venden su voto y cumplen, y otros más listos venden su voto y hacen lo que más se les antoja con él. Es decir, en el mejor de los casos el excesivo financiamiento a los partidos políticos es un muy ineficiente sistema de redistribución del ingreso en el cual se reciben ingresos a partir de actos, como la venta y coacción del voto, que van en contra del sentido mismo de la democracia. Otra manera de verlo es que estamos subsidiando unas de las peores prácticas de las democracias.
La segunda cosa que ha pasado es que es tanto el dinero público que se les da a los partidos políticos, que aunque la ley lo prevé, los partidos ya no tratan de recavar fondos de origen privado (por lo menos de manera legal). Esto a su vez genera una suerte de "isomorfismo" organizacional. Esto quiere decir que todos los partidos políticos funcionan más o menos igual, porque lo único que tienen que hacer para mantenerse vivos es garantizar seguir obteniendo los recursos que da el IFE. Es decir, toda la organización partidista, al fin y al cabo, está organizada para cumplir esos requisitos. Si los partidos políticos tuvieran que hacer un mínimo esfuerzo para conseguir de manera legal distintas fuentes de financiamiento, es probable que usarían distintas tácticas para llegar a diferentes personas de distintas maneras. Esto generaría organizaciones un poco diferentes entre sí. Es decir, tendrían que responder no sólo a quien da dinero desde arriba, sino a quien da dinero desde abajo. La mejor garantía de esto sería que las donaciones privadas estén restringidas a topes muy muybajos. Es decir, mejor la suma de muchas pequeñas donaciones que la suma de un par de grandes donaciones.
La necesidad de mayor transparencia en los partidos políticos tiene dos razones. La primera es que cada centavo que los ciudadanos pagan de impuestos debe poder seguirse hasta su destino final. Y la segunda es que si esperamos que el dinero privado determine en parte la forma de organización y los intereses a los que responden a los partidos, necesitamos con facilidad y claridad saber cuales son. Hoy sabemos poco de cómo gastan el dinero los partidos políticos, y no sabemos nada de por qué lo gastan como lo gastan. No hay facturas que digan "pago por compra y coacción del voto". En el caso del dinero privado, hoy hay un mercado negro de donaciones en efectivo, medios, y donaciones en especie. Si pretendemos que ese dinero determine las reglas de instituciones democráticas entonces tendrá que ser dinero con un claro origen legal y no muy concentrado.
4. Atendí los tres primero puntos en este orden, porque creo que sólo con cambios en los tres primeros puntos tendríamos un cambio muy importante en la forma y funcionamiento de nuestro sistema políticos. Los dos siguientes puntos son de cierta manera menos importantes porque tienen más que ver con una especulación sobre el funcionamiento entre los poderes y menos con la relación con la sociedad.
La segunda vuelta no concurrente, que es su forma más común, quiere decir que un día sea hace la primera vuelta para la elección del presidente de la república, y ese mismo día se hace la elección para los diputados y senadores. Unas semanas después se lleva a cabo eleeción del presidente se entre los dos primeros lugares de la segunda vuelta.
Esto lo que hace es que todos los partidos presenten candidatos presidenciales intentando por lo menos dos coasas 1) pasar a la segunda vuelta 2) ganar el mayor número posible de espacios en el Congreso. A su vez, estas dos cosas, lo que hacen es que en el Congreso pues los candidatos presidenciales en la primera vuelta ayudan a jalar votos a sus partidos, ya que los votantes no votan "estratégicamente" sino que votan por el candidato y/o partido que prefieren no por el menos peor.
¿Por qué más partidos en el Congreso?
Como decía al princpio, lo que se lee como una "falta de acuerdos" no lo es. Lo que hay en todo caso es un gobierno cerca de la mayoría que cree que puede lograrla si logra sumar al otro partido grande en Congreso cada vez que tiene una iniciativa legislativa. Casi siempre lo logra pero son negociaciones que para ser "baratas" no pueden implicar muchos cambios. Una negociación cara, sería por ejemplo que el PRI apoyara propuestas de Calderón, tal cual, a cambio de una parte del gabinete (medio o más).....lo cual no hemos visto succeder.
En cambio, si hubieran muchos partidos dentro del Congreso, la negociación sería más fácil pues los "costos" de negociar con partidos pequeños serían mucho más bajos. Un cargo en el gabinete a cambio de apoyo en una propuesta del partidos pequeño y de varias propuestas del partido del gobierno. Esto no generaría más chantaje de los partidos pequeños, al revés les quitaría algo de poder, porque el partido que chantajea, podría ser sustituido por otro partido que si esté dispuesto a negociar.
Esto también implicaría que el partido del gobierno no sólo no tendría mayoría, sino que tendría una hiperminoría. Justamente porque está claro que un partido no puede gobernar con, por ejemplo, sólo 15% del Congreso, la coalición de gobierno sería la única manera de gobernar.
Así haríamos que nuestro sistema presidencial se pareciera mucho un sistema parlamentario, sin tener que cambiar por completo a uno parlamentario. Sólo podría gobernar aquél que puede construir un gobierno con una coalición de mayoría. El que no construye eso, simplemente no gobierna.
5. El último punto, lo entiendo menos como parte del sistema en sí, y más como una palanca de emergencia. La iniciativa ciudadana sirve para romper equilibrios que se pueden construir dentro del congreso y que no permiten que se presentan a discusión ciertos temas, y el referéndum lo entiendo de la misma manera pero para temas más importantes.
En el caso de la iniciativa ciudadana está claro que los requisitos para presentarla deben de ser relativamente bajos, pues si el objetivo es plantear legislación que no está siendo incluida en el debate legislativa porque no es parte de los intereses de quienes ya tienen muchos recursos políticos o materiales, entonces los requisitos deben de ser aquellos que casi cualquiera pueda lograr.
En este mismo sentido también, el referéndum, puede servir como un mecanismo de control al Congreso y/o al Presidente. Cierta legislación en vez de pasar sólo en trámite legislativo tradicional puede ser requerida para ser sometida en automático a referéndum. Honestamente no tengo toda claridad sobre el tema y los argumentos se me van haciendo flacos y pues ya me cansé porque este post está bien largo y según yo iba a ser medio cortito y conciso.