La discusión entre "proporcionalistas" y "mayoritistas" se ha puesto medio punk. José Fernández Santillán recoge parte de la discusión en un artículo en El Universal (y me pone Adrián, pero bueno...nada que no suceda tan seguido como para que no me haya acostumbrado).
No es casualidad que en las discusiones más recientes sobre la reforma política el punto nodal se localice en la conveniencia de construir, y bajo qué modalidad, mayorías estables. En este debate han intervenido, entre otros, Leo Zuckerman (Excelsior), Jesús Silva Herzog Márquez (Reforma), Adrián [Andrés] Lajous (Nexos en línea) y José Córdoba Montoya (Reforma). Las posiciones se han dividido entre quienes, como Zuckerman y Córdoba, abogan por dar un premio de mayoría al partido que haya obtenido más escaños aunque éste no haya alcanzado el 50% más uno de los votos. La prioridad, según esta argumentación, es que el Presidente cuente con el respaldo del Congreso para llevar a cabo su plan de gobierno. Por otro lado, están analistas como Silva Herzog y Lajous, quienes opinan que se debe mantener la proporcionalidad para que pueda haber una negociación entre los partidos y así se forme una mayoría nacida de la pluralidad.
Unos días después José Córdoba contestó a la "respuesta" que escribí en el Blog de Nexos sobre un artículo que publicó en Reforma. Más allá de los argumentos, que atenderé con calma, me llama la atención su uso recurrente de la dicotomía entre los que "entienden" y los que "no entienden", lo cual demuestra que no le gusta lo que él mismo reconoce: la deliberación.
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