Este es un artículo que publiqué en la revista Nexos del mes de Mayo. El tema me traía obsesionado, así que que mejor manera de canalizar una obsesión que escribiendo al respecto.
Leer completo...Los “mayoritistas” han propuesto por lo menos cuatro mecanismos para que el sistema electoral produzca mayorías legislativas de un solo partido: 1) segunda vuelta presidencial con elecciones legislativas concurrentes en la segunda votación e incremento en el umbral de votos para acceder a la representación proporcional (se espera que la disyuntiva entre sólo dos candidatos presidenciales “arrastre” los votos hacia a los partidos de esos dos candidatos, eliminando terceras opciones); 2) cláusula de gobernabilidad en 35% (si un partido logra 35% de los votos para diputados federales, automáticamente recibe 51% de las curules en la Cámara de Diputados); 3) eliminación del candado de sobrerrepresentación (hoy la Constitución no permite que la distancia entre el porcentaje de votación de un partido y su representación en el Congreso sea mayor a 8%); 4) la eliminación de las curules electas bajo el principio de representación proporcional.
A su vez, los “proporcionalistas” también han presentado distintos mecanismos para mantener o mejorar la representación proporcional en la Cámara baja: 1) mantener el sistema electoral mixto tal y como está; 2) mantener la integración actual, pero cambiar la fórmula de asignación de curules de representación proporcional; 3) establecer un sistema de proporcionalidad pura mediante 32 listas pulrinominales. Hasta el momento, ninguno se ha opuesto a mayorías legislativas en apoyo al presidente dentro del Congreso, sino a garantizar la elección de mayorías de un solo partido.
Conforme avanzó la discusión, las posiciones se decantaron en un dilema que es dudosamente sostenible: gobernabilidad vs. pluralidad. Las reglas que garantizan mayorías unipartidistas producen un sistema gobernable, dicen unos, mientras los otros contestan que esas reglas cercenan la pluralidad. Los mayoritistas califican los argumentos de los proporcionalistas como “cierta confusión intelectual” (Córdoba, Reforma, 11/04/10), o que están apoyados en “un argumento conservador” (Zuckermann, Excélsior, 23/03/10), o que son “ banalidades que no sirven para nada” (Sánchez Susarrey, Reforma, 17/04/10). Por el otro lado, los proporcionalistas también distribuyen calificativos a las posiciones de los mayoritistas sosteniendo que “lo que se busca... es intentar la restauración” [del sistema autoritario], pues acabar con la pluralidad para tomar decisiones es ‘una tontería suprema’ ” (Schettino, El Universal, 23/03/10), o que “muchos tecnócratas o intelectuales que creen saber cuáles son las reformas que necesita el país... no les queda muy clara esa diferencia [entre dictadura y democracia]” (Negretto, nexos Online, 23/03/10), o que es “una estrategia política de largo alcance para defender el statu quo” (Gordillo, La Jornada, 20/03/10).
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