Radicales Libres

Bendito transporte público

Son las bancas de madera las que te generan nostalgia. En la estación de ferrocarriles Buenavista todo se ve como nuevo, excepto esas bancas hechas con pequeñas tiras de madera acomodadas en curva, que te hacen recordar que estás en una estación de trenes. De niño fuiste a esa estación para viajar toda la noche hasta Pátzcuaro. Te gustaría volver a hacerlo, pero hoy el tren de pasajeros no pasa de Cuautitlán. 

Si escribieras una novela sobre el final de tu adolescencia tal vez tu personaje principal viviría en un desarrollo de vivienda con ocho edificios de seis pisos forrados de ladrillo, cerca de Lechería. Todas las mañana de un verano tomaría el tren hasta la estación Buenavista.

En la bibiloteca Vasconcelos pasaría unos minutos hojeando una novela erótica tratando de descifrar las “técnicas” de conquista que permiten pasar de las emociones y las palabras a la acción y la carne. Después del instructivo paso por la biblioteca, tu personaje se subiría al Metrobús sobre Insurgentes hasta el cruce con Reforma. De ahí caminaría unos metros, hasta sacar una Ecobici (cuya tarjeta habría robado a su hermano mayor) y pedalearía sobre la ciclopista que llega a Chapultepec (esquiva los coches estacionados, las vallas de la embajada de Estados Unidos  y el sitio de taxis afuera del hotel Sheraton).

No podría entrar al bosque por la reja de los Leones pues siguen sin terminar el “Arco Bicentenario”, y al cruzar el Circuito participaría en el arte de “torear” coches. Un vez en el bosque, topa con su conquista, y pone lo aprendido en la biblioteca en práctica. Ese verano sería un buen verano. Tu personaje pierde su virginidad, por primera vez le rompen el corazón, y conoce a quien será su mejor amiga el resto de su vida. Bendito transporte público.

Leer completo...

Dos propuestas y Dos visiones

Hace dos semanas fui a las presentaciones de "Pase Usted" llamadas "Un Futuro Ciudadano". Me tocó ver por lo menos tres presentación que hablan sobre la ciudad en la que vivimos y queremos vivir. La primera fue de Martín Lajous (mi hermano) sobre obesidad, escaleras, y bicicletas, y la segunda de Onésimo Flores sobre la planificación de las ciudades (hay una tercera, con que le después completaré este post, de María Moreno, buenísima, pero todavía no suben el video).

Dos propuestas:
Dos visiones:

Jesús en la cara

Me gusta tener amigos como Jesús Robles. Él es quien sostiene la pancarta. ¿Cuál habrá sido la cara de Molinar?

 

Un experimento, una imprecisión y este país

Hace unos años leí un libro en el que citan a un expresidente de Costa Rica, José Figueres, diciendo "Costa Rica no es un país. Es un proyecto piloto. Es un experimento".

Mucho tiempo busqué la fuente original de esa cita que me parece fantástica. No daba con ella.

Hoy por mera coincidencia dí con la cita casi original en una nota de 1966 del New York Times. Digo casi original porque todo indica que de la traducción del español al Inglés de ahí al español, y después otra vez al inglés se le agregaron un par de palabras.

La cita tal cual es "Este no es un país. Es un proyecto piloto" (NYT, 1966). Una segunda cita en 1982 dice "...es un país de juguete. Un tipo de proyecto piloto" (NYT, 1982). La combinación de esas dos citas, aparece como traducción de la cita de 1982 en un libro como "Costa Rica no es un país, dijo Don Pepe 'Es un proyecto piloto. Es un experimento' (New York TImes 12/82)".

En el libro en inglés de 2007 la cita aparece así: " 'Costa Rica is not a country. It is a pilot project. It is an experiment.' Thus declared José ("Pepe") Figueres in 1982, in the midst of the country's worst economic crisis".

Todo esto para decir que me encantaría que en esto de celebrar el bicentenario de la independencia y el centenario de la revolución, alguien lo pusiera así de claro:

México es un experimento que lleva 200 años. Un experimento del cuál no es fácil aprender, y es todavía más difícil corregir. Pero una vez que aprendemos del experimento, lo mejor es corregir lo más rápido posible.

Métodos de trabajo

Encontrado en Nexos: 

John Cheever se ponía corbata y abrigo, tomaba el elevador rumbo al sótano del edificio de su departamento, ahí se desvestía hasta quedarse en calzones, y escribía la mayor parte de la mañana.

Un policía

Esta es mi columna de hoy en El Universal.

Estoy un poco nervioso entrevistando a Ángel; desde que lo saludo trato de ver si trae un arma en el cinturón.

Camino atrás de él, y veo cómo a la altura de la cintura su saco pierde la caída recta y un esquina en la tela revela la pistola.

Lleva 9 años siendo policía investigador (antes policía judicial). En la conversación empieza serio —supongo que ha aprendido a desconfiar de los periodistas— pero tras unos minutos logro hacer que se relaje. Lo que más me sorprende es cómo habla de forma casual sobre su labor.
 El prejuicio generalizado, y con el que llegué a la entrevista, es que a los policías judiciales, el trabajo policial les da un poco lo mismo. Ángel me da otra impresión.

Los últimos dos años ha estado más en oficina que en calle, pero de vez en cuando el jefe le llama para que vaya a un operativo, en el que tiene que conseguir información de manera encubierta. “Me piden hacer eso porque, como dice mi mamá, no tengo cara de maldito”, me explica.

Leer completa...

Más de los veintes

Hace unos días subí un post sobre eso de ser veinteñaero. Hoy en el blog de JSHM, me topo con un post sobre la educación con un link a un artículo de Camile Paglia. Nosotros los pragmáticos estamos perfectamente de acuerdo con lo que dice en términos generales: tal vez es más satisfactorio en el largo plazo una vida en donde hay trabajo manual, que la vida que producen las universidades. Algunos dolorosos párrafos:

The idea that college is a contemplative realm of humanistic inquiry, removed from vulgar material needs, is nonsense. The humanities have been gutted by four decades of pretentious postmodernist theory and insular identity politics

...

The pressuring of middle-class young people into officebound, paper-pushing jobs is cruelly shortsighted..When middle-class graduates in their mid-20s are just stepping on the bottom rung of the professional career ladder, many of their working-class peers are already self-supporting and married with young children.

...

The elite schools, predicated on molding students into mirror images of their professors, seem divorced from any rational consideration of human happiness.

Leo esto y pienso que efectivamente puede resultar buena idea no hacer un doctorado.