Estás caminando por un malecón al borde del mar. La banqueta mide más o menos la mitad de lo que mide el pavimento. Preguntas qué tan lejos está un restaurante. Preguntas qué tanto tiempo toma ir a pie. El clima es perfecto hay un calor húmedo que en la noche es confrontado con una brisa constante. Te sugieren tomar un taxi porque "está retirado". Tomas el taxi, el cual te hace sentir que efectivamente no es tan cerca tu destino. Cenas. Decides caminar de regreso por el malecón observando el mar. La caminata no te toma más de 10 minutos. Pasas a un lado de varias parejas en pleno ligue. Cuando llegas piensas que a veces suena un tanto hueco hablar de la cultura del coche. Piensas, "lo importante son las condiciones materiales que generan ciertos hábitos". Una vez más, ves palmeras, pasto, una banqueta amplia, brisa, el sonido del agua, calor, y no puedes imaginar que sea más agradable ir adentro de un coche. Piensas otra vez en las condiciones materiales. Piensas que si no hay una cultura del coche, en abstracto, por lo menos hay una costumbre que a veces, por pereza, prefereimos no cambiar.
Aun cuando las condiciones pueden ser optimas para el caminar mucha gente opta por subirse el coche, mucho tiene que ver con la sensación de aislamiento y seguridad que ofrece, ya que hoy en día en especial en el caribe mexicano no se siente la misma seguridad que se siente al caminar en el DF (por mas increíble que eso suene) tristemente el peatón es la victima principal de la delincuencia.
Tristemente esto afecta la vida urbana de manera impresionante, Cancún parece ser el mayor museo de banquetas del país, nunca se ve nadie caminando... realmente es una ciudad sin vida.
Publicado por: Benjamín | 28/10/10 en 20:43