Esta es mi columna de hoy en El Universal (versión ilustrada)
1. Hace no mucho, la vecina del departamento de arriba tocó a mi puerta con un tono de urgencia. Durante varios días la delegación Cuauhtémoc había estado podando un gran árbol en la esquina de la calle en la que vivimos, y ahora se disponían a tirarlo. Llamó a la delegación para pedir una explicación y no le hicieron mucho caso. Tocó la puerta de cada vecino, para ver a quién se le ocurría algo para detener la tala. A unos minutos de que la sierra cortara el grueso tronco de por lo menos 40 años, varios vecinos nos paramos frente al árbol para detener a la cuadrilla de poda. El responsable de la cuadrilla enfureció. Él tenía que hacer su trabajo, traía la orden de su superior, y nosotros no se lo permitíamos.
¡Quítate de ahí! ¡Lo vamos a tirar, tenemos la orden! –gritó.
¿Por qué lo van a tirar? Enséñame los permisos, la justificación –contesté.
¿Y tú quién eres? Identifícate. Tenemos la orden– insistió.
Soy un vecino, un ciudadano exigiendo una explicación al gobierno. Aquí está mi IFE –dije mientras le extendí la credencial.
Pues tenemos la orden, está firmada. Quítate porque te vas a lastimar –contestó en un tono calmado pero un poco amenazante.
Hasta ahí todo iba bien. El intercambio no daba para mayor reflexión. Típica confrontación de colonia. La situación cambió cuando un tercero, un hombre canoso, le gritó al funcionario de la delegación “¿Quién te crees no le hables así al señor, más respeto, háblale de usted?”. Me puse muy nervioso, bajé la cabeza murmullé “no, no, no eso no”. No quería ni imaginar el conjunto de prejuicios que el señor de pelo cano estaba expresando al querer marcar una diferencia entre el funcionario y yo. Pensé, “Carajo, si esta es una discusión entre iguales, ¿por qué este señor no quiere que sea entre iguales?”.
2. En un noticiario de televisión esta semana, hicieron un reportaje sobre jóvenes que viven en la calle en la esquina de Humboldt y Artículo 123 en el centro. En él entrevistan a una chica que dice querer ser veterinaria porque le gustan los animales. “[Quiero] independizarme para buscar trabajo y ser alguien en la vida, ya tengo 20 años y no me gustaría llegar a anciana y que no haya tenido nada...Que la gente me respete o que pueda llegar a mi trabajo y que me digan '[la] señorita ya llegó', que me hablen con respeto” (Hora21, 05/10/10).
El cual, supongo, está un poquito inspirado en estas dos canciones:
Y pues claro basado en lo que dice Richard Sennett:
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