Me divierto notando como -de repente- a partir de una discusióno o/e idea, uno empieza a ver "conexiones" a esa idea por todos lados. Es un poco como la gente que cree que ve señales sobre su vida amorosa, cuando lo único que está pasado es que está poniendo particular atención a cierto tipo de cosas que le parecen "deseables".
1)
Una de las cosas interesantes de Bogotá es que las calles están numeradas en lo que podría acercarse a una cuadrícula. Esto hace que sea realtivamente sencillo saber dónde estás y a dónde vas en la ciudad, porque las calles "verticales" son calles con número, y las calles "horizontales" son carrera con número. Sin embargo, por lo visto en un intento de "rescate" del centro histórico una de las cosas que se intentó fue poner los nombres originales a las calles, quitando los letreros de número (esto no importa mucho porque cada número de casa es el número de la calle, guión, el número de la casa. 11-26), y poniendo en mosaico los nombres antiguos. Sin embargo no topé bogotano que conociera los nombres originales de las calles. La nuemración de las calles hace "accesible" la ciuadad a los de afuera, universaliza la geografía en contra de una geografía que sólo es legible para los "conocedores"(los locales).
En Cartagena la resistencia va en sentido contrario. En GoogleMaps el centro de Cartagena aparece con calles y carreras numeradas, sin embargo los cartageneros, no usan esos números y las calles han mantenido los nombres en los letreros. Lo que hace particularmente difícil hallarse en Cartagena es que cada cuadra tiene un nombre distinto. Es decir, son pocas las calles que tienen un nombre que dure más de una cuadra...lo cual quiere decir que en línea recta pasas por varios nombres de calle sin cambiar de calle. En el centro de Cartagena, pese a ser pequeño, es más fácil navegar de local que de extranjero. Lo particular, el detalle, complica el acceso universal.
No sé si lo leí o simplemente se me ocurrió (claro lo de los nombres de las calles en general se lo leí a James C. Scott). Pero mientras escribía esto, imaginaba a un pueblo asediado que resiste y entre sus "tácticas" de resistencia incluye cambiar los letreros de los nombres de las calles. Lo haya leído o imaginado, cuando estuve en Guatemala tuve la sensación de que cada casa y cuadra están numeradas por el gobierno de manera muy clara para poder encontrar a la gente.
2)
En estos días justo me leí un libro de un fan de los universalizable. En él dice preferir la universalización a la tiranía del detalle. Lo que más miedo le da, es que las cosas buenas que trae el liberalismo, que incluye una idea de universalización derechos, está siendo asediada por demandas particulares (i.e. el reconocimiento de usos y costumbres indígenas). José Antonio Aguilar en su nuevo libro La geometría y el mito, un ensayo sobre la libertad y le liberalismo en México, 1821 - 1970 defiende el universalismo y dice:
La geometría no es un plano árido de la existencia. Ofrece las coordenadas básicas que le dan orientación a la vida. Son las constantes que permiten ordenar el mundo. Es la pendiente de un tejado la que impide que nuestras casas se inunden...La regularidad nos libera de la tiranía del detalle, de la incertidumbre de los límites, de las controversia producidas por la curva que invade los linderos de los otros. La fe del liberalismo en la ciencia, en el poder emancipador de la razón, no se basa en una concepción disminuida, adelgazada de la naturaleza humana, sino en la certeza de que podemos tranformar el mundo.
3)
En una discusión por correo y en persona que lleva varias semanas, he discutido lo particular y lo universal en términos de arte visual y literatura. ¿Es mejor "nuestra" versión de la modernización del siglo XX (neoindigenismo revolucionario) o una versión que no se asume "nuestra"? ¿Fue una buena jugada la que hicieron los del Crack (Volpi, Padilla y Palou) al autodeclararse literatura "universal" en vez de latinoamericana? En este caso, una persona más lista que yo me dijo...#no no no, no estás entendiendo nada, la disyuntiva no es si es "nuestra" o no, sino qué significado le damos a lo que ya es irremediablemente nuestro" (algo así como los Homeros Simpsons de barro que se venden por todo México). La discusión se puso mejor cuando por casualidad topé con una entrevista que le hace Dave Eggers a Junot Díaz en la que explica lo que él interpreta como el éxito de su novela La maravillosa vida breve de Oscar Wao,la capacidad de mostrar lo universal desde lo particular:
...simpre debes escribir hacia el público más específico imaginable, y de ahí surge lo universal. No sucede en sentido opuesto--no escribes para un público muy grande, y asumes que eso va a hacer tu obra universal. Todo libro que seguimos leyes cien años después, lo que realmente lo une a otros libros que todavía leemos cien años después es su extraordinaria especificidad.
Esta idea de los universal desde lo particular me recordó a su vez a lo que escribí hace unos meses sobre el "universalismo situado" de Alain Badiou que básicamente dice lo mismo que Junot Díaz pero en términos filosóficos radicalosos.
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