Aquí mi artículo de hoy.
Foto de Pablo López Luz.
A veces una de las cosas más difíciles de explicar es la relación entre la vivienda, la densidad urbana y el transporte. Cuando estas tres variables se ven desde la distancia, pareciera que no hay duda que los habitantes de las ciudades sólo somos hormigas dentro de un gran nido que nos consume para sus propias necesidades. Vivimos donde podemos, nos movemos en lo que podemos, y la vida que vivimos en la calle, entre donde dormimos, donde trabajamos, y donde compartimos nuestro tiempo tampoco solemos elegirla. Sin embargo la vida de hormiguero no es una fatalidad, es resultado de decisiones y omisiones responsabilidad de nuestros gobiernos, a veces ayudados o empujados por intereses particulares.
Una muestra de ello está en el Plan Financiero 2011 – 2015 del Infonavit. En él se presenta un diagnóstico amplio sobre la situación de la vivienda en nuestro país, y un esfuerzo de prospectiva. Tal vez lo más sorprendente y triste del documento es la cifra que tiene que ver con viviendas deshabitadas. 25.1% de las que se construyeron entre 2006 y 2009 están deshabitadas.
Esto quiere decir que un número importante de personas que está usando sus ahorros para por fin ser propietarios está decidiendo mejor quedarse donde estaban, ya sea pagando renta o condiciones de hacinamiento antes de mudarse a estas nuevas viviendas. Hay dos razones principales que dan los encuestados por el instituto para explicar por qué no habitan la vivienda en la que invirtieron: 1) no hay servicios básicos y 2) está muy lejos del trabajo, la escuela y la familia.
Más grave, pese a lo obvio que pueda resultar, quienes están más obligados a vivir en lugares lejanos a los centros de trabajo y sin servicios básicos son los más pobres. Según el documento, el nivel de deshabitación es mayor entre persona con ingresos mayores a cuatro salarios mínimos. Es decir, si ganas menos que eso, no tienes mayor opción que mudarte a esa casa que compraste imaginado una vida mejor, pero que no la ofrece.
Esta es probablmente una de las cosas más importantes pero no lo incluí por razones de espacio en el artículo. En la evaluación de calidad de la vivienda, el promedio es bajísmo, y como se puede ver la peor calidad la acumulan los grandes desarrolladores.
Un ejemplo de esto en el fraccionamiento de Chulavista y enel de Santa fe en Tlajomulco de Zuñiga:
1.-Viven alrededor de 150 mil personas(Tlajomulco de Zuñiga), y aproximadamente el 45% de las personas que salen a trabajar hacen mas de una hora para llegar al trabajo.
2.-La hora pico de trafico se situa de cinco de la mañana a ocho.
3.- La mayorìa de los trabajadores entran a trabajar a las ocho o als nueve de la mañana.
4.- necesitan mas de dos camiones para llegar a su destino.
5.-La unica salida para salir del fraccionamiento se congestiona.
6.-Las posibilidades de recreaciòn no son muchas, y poca gente puede salir con su familia los fines de semana porque esto les implica hacer un gasto de transporte extra.
7.- Hay desintegraciòn social porque las personas que llegan a habitar estos lugares provienen de distitos lugares, y no se consideran como los demas
8.-Otras pesronas han optado por rentar sus casas, y menos se puede llegar a un sentido de apropiacion del lugar que los lleve a cuidar sus parques y calles.
9.- Existen mototaxis, quienes al principio otorgaban elservicio de transporte pidiendo una cuota voluntaria.Eldia de hoy cobran diez pesos asi te muevan tres cuadras (mas caro que el transporte urbano).
10.- Solo hay 250 licencias para mototaxis,y circulan mas de 750 mototaxis.
11.- Los parques no dan sombra.
12.-Los radios de giros de las calles no son los apropiados para camiones, y hay accidentesviales...etc...etc..etc...
¿Realmente le estamos apostando a este diseño constructivo cerrado y lineal?
Publicado por: vanessa | 04/03/11 en 20:19