Este es mi artículo de hace dos semanas que se me había olivdado subir...y el del viernes pasado no existe, porque por ser viernes santo El Universal no salió.
¿Primero los pobres?
Nunca me ha quedado muy claro por qué López Obrador decidió que su lema de campaña fuera “primero los pobres”. La pensión alimentaria [universal] para adultos mayores (PAAM) que existe en el Distrito Federal, al ser universal, no expresa ese principio. En todo caso representa algo más parecido a: “a los pobres, igual que a los demás.” Este segundo principio tentativo, es justamente la razón por la cual la PAAM del DF es una buena idea.
Desde que se empezó a implementar, la PAAM ha sido criticada por los partidos de oposición, opinadores estridentes, y pocos académicos. La primera crítica, -la cual fue repetida sin mayor reflexión el miércoles pasado por los diputados del PRI y del PAN en la ALDF, Christian Vargas y Carlo Pizano- es que “es un despilfarro” pues beneficia a todos y no sólo a los más pobres. Esta crítica lo que lleva detrás es la idea de que el Estado sólo debe tener programas redistributivos para los más pobres -ahí sí, primero los pobres-. Los diputados mencionados, no parecen tener claro que las desigualdades que hoy existen, y los motivos de redistribución y ejercicio de derechos no sólo tienen que ver con el nivel de ingreso. Las sociedades “inventan” las pensiones porque quieren garantizar que las personas en su vejez, puedan gozar de cierta autonomía. Nuestras sociedades desean a las y los más viejos, autonomía no sólo es frente al mercado laboral, sino también frente a sus familias con quienes suelen desarrollar injustas relaciones de dependencia económica.
Una segunda crítica, admite que las pensiones deben existir, pero que no es responsabilidad de los gobiernos locales y que no deben ser pagadas con impuestos. En el primer caso, por desgracia, la PAAM es una respuesta urgente de un Estado local frente a la omisión, o de plano abandono acumulado a los más viejos por parte del Estado nacional. En México más del 40% de las personas mayores de 70 años no tienen ningún ingreso por pensión o jubilación, y su ingreso promedio es equivalente a un salario mínimo (2007). En el segundo caso, se suele decir que la seguridad social no se debe financiar con ingresos fiscales, sino contribuciones. Este segundo argumento es más sólido, aunque vale la pena considerar dos cosas. La primera es que buena parte de los programas de pensiones eficaces alrededor del mundo se construyeron a partir de impuestos y no de contribuciones; durante décadas así funcionaron los sistemas europeos, y sólo fue con el cambio demográfico que algunos cambiaron sus esquemas de financiamiento. La segunda, es que hoy en México el sistema de pensiones de AFORES parece regirse bajo el descabellado principio de: “primero los ricos”. En un estudio reciente, los académicos del ITAM, Tapen Sinah y María de los Ángeles Yañez muestran cómo después de que contribuyan 25 años a su AFORE, entra más bajo sea el salario del contribuyente, menos probable es que reciba siquiera un salario mínimo como pensión.
Comentarios