Bicycles, Rolling Stops, and the Idaho Stop from Spencer Boomhower on Vimeo.
En este video se muestra la lógica de la eficiencia para justificar que los ciclistas no hagan alto total. No se plantea en términos de seguridad como la hago en el artículo, pero supongo que contribuye a la argumentación.
Aquí mi artículo de hoy en El Universal.
Llevo ya un rato esperando el artículo que escribió Gil Gamés en el periódico La Razón el lunes 13 de junio. Cae por fin como evidencia de que algo bueno está pasando con las bicicletas en esta ciudad: se notan y molestan. Sí Gilga, si ladran es señal de que avanzamos.
Desde hace meses veo con envidia la discusión (aquí un resumen) que hay en la ciudad de Nueva York sobre la construcción de infraestructura para bicicletas. Economistas, ambientalistas, periodistas, oenegeros, jueces y peatones se han dado hasta con la cubeta acusándose unos a otros de ser o enemigos de las bicicletas (y por tanto amigos de los coches) o integrantes de un enloquecido lobby probicicleta que tiene tomado al gobierno. La discusión se ha puesto buena, cada grupo ofrece datos y argumentos de por qué es buena o mala idea la política de transporte del gobierno del alcalde Bloomberg.
En el DF por desgracia esa discusión no ha sido ni así de estridente ni así de pública. Y claro, la diferencia está en que casi nadie se molesta con el tenue incremento en el uso de la bici en nuestra ciudad, en contraste con la ciudad de Nueva York donde se han construido 402 kilómetros de ciclovía/ciclocarril en tres años. En el DF, en cambio se han construido poco más de 20 km (incluyendo los de 17 km de carril compartido de Coyoacán) en este gobierno y mal construido 80 km en el gobierno anterior. Al inicio del gobierno de Ebrard se habían planeado al menos doscientos kilómetros. Por ejemplo, se planearon ciclovías en Reforma, Buena Vista, y San Cosme; en Nuevo León, División del Norte, Vértiz, Fray Servando, Av. Juárez, Ferrocarril de Cuernavaca, Av. Chapultepec e Izazaga y en; Calzada de los Misterios, La Viga, los Ejes 5, 6, 7, 8 Sur, y Av. Tlahuac.
Como le consta a Gamés -lo ha visto con sus propios ojos- el programa de infraestructura para bicicletas del GDF se ha reducido a unas cuantas colonias. Fuera de esa zona nadie se molesta por la invasión ciclista. El entusiasmo de priorizar el uso de la bicicleta, se transfirió a la promoción del uso del automóvil con la construcción de mal pensados segundos pisos y vías rápidas. Por ello el conflicto central en la discusión pública del DF es la tal Supervía, en la que los ambientalistas del GDF tienen que dar vergonzantes piruetas para defenderla contra sus viejos aliados, en vez dedicarse a explicar por qué vale la pena sufrir la invasión ciclista que hoy tanto le preocupa a Gamés.
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