Hace no mucho empecé a caminar por lo que se conoce como el Centro de Barrio de la colonia Del Valle Norte, entre Amores y Avenida Coyoacán. La zona parece estar en un muy extendido momento de transición entre las distintas velocidades económicas. Hay casas antiguas, edificios cincuenteros, y algunos edificios más recientes. A unas cuadras, por Xola, pasa la línea 2 del Metrobús, frente a la torre de Mexicana, que sigue rodeadea de pequeñas tiendas que sólo pueden ser descritas como antiguas: el mercado “Lázaro Cárdenas”, una huevería (donde sólo venden huevos rojos y blancos), una tortillería, una charcutería francesa (tan vieja, que el número de teléfono que anuncia tiene sólo seis dígitos), una panadería de pan de nata (sí, sólo pan de nata), etc. Al mismo tiempo hay ya comercios como un Pizza Amore, un Starbucks, un Café El Silo, un Sumesa, y una tienda de alimentos gourmet.
En este escenario nadie podría decir que está en buen estado este Centro de Barrio. Los edificios se ven deslavados y unos cuantos son usados como bodegas, aunque tiene amplias y cómodas banquetas que parecen salvar la vida urbana. Pese a la cantidad de gente que hay en las calles, incluida una universidad privada sobre Mier y Pesado, todo parece moverse con cierta lentitud. A simple vista no está claro cuál es el origen de esta sensación, pero si uno tiene el privilegio de violar los horarios de trabajo más concurridos, puede ver que buena parte de los habitantes, consumidores, y comerciantes de la zona son adultos mayores. Incluso uno podría explicar la supervivencia de estos antiguos y pequeños negocios con relaciones comerciales que no son relaciones propiamente de mercado. La huevería y la natería probablemente no pueden ofrecer precios más bajos que los del Sumesa, pero hay compradores que por motivos distintos al precio prefieren comprar ahí. La variedad, frescura, y presentación de las frutas, verduras y carnes en el mercado son muy superiores a las del supermercado, aunque no siempre puede competir en precio. Imagino que entre los consumidores de la charcutería, al igual que los de los negocios que la rodean, hay gente que se conoce con la amabilidad de quien se saluda todas las mañanas.; personas que se han visto pasear o vender en una zona por varias décadas; personas que prefieren seguirse viendo que dejar de hacerlo.
Aquí se puede consultar la iniciativa completa de la Norma 29, que no trae casi nada de información sobre consecuenicas previsibles.
Acá se puede consultar una entrevista con una representante de la ANTAD que tampoco dice mucho.
Me gustó la pequeña crónica de la Colonia Del Valle. Ya hacían falta unas palabras que le dieran forma a lo que parece que no tiene.
Publicado por: Luis Sánchez Barbosa | 03/06/11 en 21:00
Muy interesante, me recordó el trabajo del colectivo omellette en la calle regina, con muy bajo presupuesto se modifico la imagen de los locales de toda una calle, muchos de ellos negocios antiguos como los que viste.
Muchos de los "problemas" de los centros de barrio pueden arreglarse con un mejoramiento de imagen urbana, faltan propuestas para lo anterior por parte de arquitectos/diseñadores ya que de lo contrario desaparecerán o perderán totalmente su esencia.
Publicado por: Benjamín | 10/06/11 en 15:36