De alguna extraña manera el estúpido incidente de las llamadas "Ladies de Polanco" se ha ido volteando poco a poco para llegar a la conclusión que el problema fue la policía y no primordialmente de quienes parece ser estaban violando la ley, y después insultando y agrediendo a los policías para salirse con la suya.
La verdad es que la escena la hemos visto muchas veces. Nadie quiere que la ley se le aplique (sobre todo entre quienes pueden hacer que no se les aplique) y arma un pequeño y amenazante escándalo para lograrlo. Por esta razón creo que han de haber pocas cosas tan ingratas y difíciles como ser policía de la ciudad de México.
Estoy casi seguro de que si en el video el policía hubiera sometido a sus agresoras, la discusión ahorita sería sobre "abuso policiaco" y habrían incluso quienes por reflejo creerían la acusación de una de las agresoras sobre el robo de su cartera.
Los policías tienen que lidiar con situaciones que pocas personas enfrentamos a los largo de nuestra vida. Tienen que defender y defenderse en una situación de plena incertidumbre, en la cual no siempre pueden hacer el uso de la fuerza que la ley les otorga. No saben si la otra persona está armada, no saben si efectivamente serán castigados por injusto sistema de justicia, no saben si van a llegar a dormir a su casa al día siguiente, no saben si se están equivocando. Creo que vale la pena, por lo menos por un momento, imaginar lo que es ser policía en nuestra ciudad/país.
Aprovechando el también reciente escándalo por las declaraciones de Angel Verdugo en contra de los ciclistas, una amiga me envío una serie de cortos sobre el uso de las calles en la ciudad de México. Entre ellos, uno muy bueno de Juan Carlos Rulfo sobre el trabajo de un policía de tránsito.
Muchas veces he escuchado decir que en México "no hay respeto a la policía", como si esperáramos que la gente se comportara bien simplemente por sus valores cívicos. Repetimos al infinito que la cultura cívica se imparte en el hogar y en la escuela, que el que no respeta la ley es porque no lo inculcaron bien sus padres.
Puede ser que estas críticas sean ciertas, pero también es cierto que la disciplina ante la ley se debe enseñar en la calle: al que se porta mal, se le castiga con un castigo simple, inmediato y nítido. No se estacionaría uno en cuarta fila para recoger a los niños del colegio si le dieran multa, si la multa importa, y si la multa duele (poco, pero lo suficiente).
Es menos llamativo discutir la deficiencia de las instituciones penales y burocráticas que hablar de la falta de cultura cívica o de nuestra penosa fuerza policiaca. Sin embargo, es importante. No se si se pueda convencer a 20 millones de habitantes a no pasarse los altos 3 segundos después de ponerse el semáforo en rojo, pero sí se puede diseñar un mejor sistema de multas de tránsito.
Publicado por: Sebastián | 25/08/11 en 16:40
Andrés, estoy totalmente de acuerdo con tu comentario. De la forma que actuaran los policías llevaban la de perder. Si bien pudieran argumentar que esta opinión pública hacia el policía ha sido propiciada, no me parece válido generalizar ni demeritar el oficio. "No me parece válido generalizar" lo aplico también para el tema de los ciclistas.
Un saludo.
Publicado por: Elena | 25/08/11 en 22:38