Aquí pongo el último artículo que escribí para El Universal. Lo publiqué la semana pasada pero no lo había subido al blog porque no tenía una foto de Yann (y no Jean como escribí por error en el artículo) de quien resumo brevemente su historia.
Tomé la decisión de dejar de escribir en El Universal, por diferencias con las decisiones editoriales del periódico. No tengo mayor bronca, y la asumo como decisión propia. Ya veré si encuentro la oportunidad para escribir en otro lugar.
Hace poco más de un siglo en la ciudad de México había un reglamento que obligaba a que los indígenas usaran pantalón oscuro para poder pasearse por ciertas zonas. Incluso durante el gobierno de Madero se sostuvo la prohibición del pantalón blanco, que era considerado característico de una cultura “atrasada” y que sólo usaban personas que no merecían estar dentro de los ciudad.
En los últimos años en el DF hubo un renovado impulso para regular quiénes tienen acceso y cómo se deben comportar las personas en la urbe. Como un resabio de la consultoría que alguna vez contrató el GDF al exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, la policía poco a poco fue “retirando” de algunas zonas a los limpiaparabrisas, pordioseros e indigentes. Los métodos de Giuliani, eran resultado de la aplicación de un argumento de académicos conservadores quienes decían que hasta las más pequeñas violaciones a la ley o descuido del espacio público provocaban una percepción de falta de orden, que invitaba al crimen. Un argumento no del todo despreciable, pero que no explícita su corolario: todo orden escoge a sus excluidos, y este orden escoge por excluir a los más vulnerables. Con este supuesto bajo el brazo, el gobierno se dio a la tarea de recorrer a los indeseables de avenida Reforma para dejarlos más allá de avenida Hidalgo, alejándolos de la Fuente de Petróleos. No es el único lugar, más de una organización que ayuda a personas en situación de calle ha protestado por lo que consideran es el hostigamiento del GDF en contra de esta población. Incluso el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF, hace una par de años criticó a las autoridades por tratar a algunas personas que viven en la calle como “estorbos”.
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