
Hace poco vi este pequeño documental que hicieron los de Vice sobre el conflicto político en Cherán. Una de las cosas que me llamó la atención fue la insistencia en que no permitrían la entrada de armas...ni de partidos políticos. En nuestro país el discurso antipartidos se ha usado en distintos momentos por distintos grupos políticos. Es decir, no es un discurso que represente ni un interés específico, ni pretende lograr los mismos objetivos.
Uno de los ejemplos del discurso antipartidos está en el establecimiento de municipios de usos y costumbres constitucionales en Oaxaca, y al margen de la ley en Chiapas (lo caracoles zapatistas) (creo que hay algunos más en otros estados como Michoacán e Hidalgo). Una de las principales características de los municipios con usos y costumbres es que dejan de participar de manera directa los partidos políticos en la elección de autoridades locales. Esto también implica que en la forma en que son electas las autoridad hay cierta diversidad, en vez de seguir el modelo de ayuntamientos con presidente municipal y cabildo formado por distribución proporcional entre los partidos.
La diversidad institucional en general suena a buena idea (ver esto). ¿De dónde sacan que a) sólo x tipo de instituciones funcionan o son democráticas; b) por qué incluso dentro de los parámetros amplios del liberalismo y la democracia sólo x forma de elegir autoridades debe existir a lo largo de todo el territorio nacional c) por qué tenemos un regimen de partidos "nacionales" para las elecciones locales?
Una respuesta posible a estas preguntas está en la literatura que se ha hecho sobre los municipios de usos y costrumbres en Oaxaca en donde se documenta un incremento en los conflictos políticos dentro de los pueblos y en la exclusión de mujeres o "avecindados". Como por ejemplo señalan este texto de Todd Eisendstat (y este que es una versión en español). Un argumento primordialmente normativo que se suele sostener con más pasión es como el de José Antonio Aguilar Rivera en "El fracaso multicultural de Oaxaca":
El autoritarismo de los usos y costumbres, a pesar de haber sido remozado y reconocido, está mal equipado para procesar los conflictos en sociedades fluctuantes y dinámicas. Los procedimientos de la democracia liberal —como el voto secreto— fueron precisamente el resultado de un largo proceso de ajuste institucional para responder a las necesidades de sociedades modernas en constante transformación. A menos de que condenemos a la pobreza, aislamiento y atraso de los indígenas de México, debemos reconocer que esa solución pertenece al pasado.
En el video de Vice, uno de los entrevistados en Cherán dice: "...antes peleaban todos por los diferentes partidos pero nadie se acordaba por pelear o defender a nuestro pueblo a nuestra comunidad"- y después narran cómo fueron a recuperar los "usos y costumbres" de los libros de historia, hasta que estos fueron reconocidos por Instituto Electoral de Michoacán. Es decir, no fue "realmente" que se reconocieran los usos y costumbres que se habían mantenido con el tiempo, sino que se experimentó con instituciones que dejaron de existir cuando se homogeneizó la forma en la que se constituyen los municipios en nuestro país. Se cambiaron instituciones con la idea de que podrían funcionar mejor que las que tenían. Esta decisión no excluyó un conflicto político entre los habitantes de la cabecera municipal de Cherán y uno de los pueblos aledaños, Santa Cruz Tanaco, sin embargo por lo que se entiende de la resolución del TEPJF tanto San Francisco Cherán como Santa Cruz Tanaco eligieron autoridades propias vía usos y costumbres, y Tanaco, podrá ejercer directamente la parte proporcional del presupuesto a su población (no ignoro que en esto puede haber un problema implícito).
Lo interesante del caso de Cherán, y el de los municipios oaxaqueños no es la defensa metafísica del indigenismo o la democracia directa, sino si efectivamente tienen consecuencias prácticas deseables. Eisendstat documentó un incremento en los conflictos postelectorales, pero eso no es suficiente para llegar la conclusión de Aguilar Rivera quien dice que los usos y costumbres "conden[an] a la pobreza, aislamiento y atraso a los indígenas de México". En el estudio hecho por Beatriz Magaloni, Alberto Díaz-Cayeros y Alexander Ruíz Euler, "Traditional Governance, Citizen Engagement and Local Public Goods: Evidence from Mexico" encuentran evidencia de que en los municipios electos por el sistema de usos y costumbres "la distribución de servicios públicos es más igualitaria o universal...relativa a los municipios con partidos políticos" y que "los pobres son de manera más frecuente excluidos de los servicios públicos en municipios con partidos políticos, un efecto que no existe en los municipios con usos y costumbres". A estas conclusiones llegan después de un amplio análsis estadístico, del cuál también cocnluyen que la razón por la cual hay una mejor distribución de recursos con instituciones tradicionales es porque estas tienen más espacios para el moniteoreo y vigilancia de quienes son autoridad. Es decir las instituciones tradicionales promueven más la participación de la ciudadanía que las instituciones "modernas", lo cual a su vez mejora la provisión de servicios. También encuentran que en las instituciones tradicionales las reglas de exclusión de las mujeres se han ido degradado, y de hecho las mujeres participan más vía usos y costumbres que vía partidos políticos.
Los mejor del análisis del Magaloni et al. es que ven los usos y costumbres simplemente como un conjunto distinto de instituciones que las que rigen en la mayoría de los municipios del país. No le buscan metafísica, ni enfatizan una valoración normativa de las instituciones, excepto por sus consecuenicas redistributivas. Las consecuencias de instituciones de participación directa, tal vez no deberían de ser del todo sorprendente, pues se han documentado efectos parecidos en los comités de planeación urbana en Kerala, India, y en los presupuestos participativos en Porto Algre (ver este libro, Deepening Democracy). En todos los casos, lo que se argumenta es que los partidos políticos (al menos a nivel local) suelen enquistar a una élite en el poder que distribuye continuamente de manera concentrada los recursos económicos de una comunidad a partir de la opacidad y el control de espacios burocráticos. Al crear espacios de disputa por los recursos en donde la participación de los partidos políticos queda excluida de manera directa, y por tanto se reducen la barreras a la participación, más personas participan, adquieren información, vigilan y exigen. Ojalá eso sea lo que pase en Cherán.
Con este tipo de experiencias espero que lo que en algún momento podamos hacer sea salir de la discusión de usos y costumbres de comunidades y indígenas, y simplemente hablar de "usos y costumbres" de cualquier comunidad, o al menos reconocer que la diversidad (y experimentación) institucional puede ser una buena idea (por ejemplo en EU la conformación de ayuntamietno cambia de estado a estado e incluso dentro de los estados. En México siempre he pensado que me gustaría ver un estudio sobre el cuarto nivel de gobierno en Tlaxcala).