Hace unas semanas el gobierno federal inauguró el Centro de Cultura Digital, Estela de Luz. Desde entonces han habido actividades culturales pequeñas y conciertos no tan pequeños en el foro que generan las escalinatas abajo de la Estela. En los conciertos en particular, las luces de la Estela son utilizadas como parte del espectáculo, y sin duda se ve mejor que de día cuando básicamente parece una gran pared gris.
Cada vez que hay un concierto hay más gente en las calles alrededor de la Estela (también más coches, y montones de bicicletas). Las escalinatas y la entrada de la Secretaría de Salud sobre Lieja no ofrecen suficiente espacio para todo el público que los conciertos logran convocar. El espacio entre la Secretaría y el Bosque, aunque de día es una parada gigante (o CETRAM, que les dicen) de micorbuses, de noche está semi vacía y permite que más gente "quepa" en los conciertos. Sin embargo, cuando uno está ahí, queda claro por qué normalmente los auditorios tienen los escenarios arriba de la línea de vista de las personas y no abajo. Si no estás "dentro" de la escalinata no ves nada excepto la iluminación de la Estela (no estaría mal que recorrieran las rejas de Chapultepec hasta el puente de Circuito Interior, y dejaran el parquecito de a lado de la Estela, antes del cruce con circuito, como un parque abierto y sin rejas, de tal manera que también pueda usarse de noche).
No sé a quién se le ocurrió hacer el Centro de Cultura Digital en vez de un museo a la guerra de independencia (sé que lo opera CONACULTA). Al final resultó una gran idea sobre todo si el objetivo era quitarle todo significado político a la Estela de Luz. El uso le está ganando a la protesta (y a quienes queríamos que simbolizara lo peor de la administración de Calderón) y creo que demuestra cómo la práctica puede ganarle el significado a las elaboraciones abstractas más estridentes o sofisticadas. La Estela,-al final, después de los escándalos de corrupción- también está logrando su objetivo previo: conmemorar sin conmemorar y sin disputa política. ¿Qué tiene que ver hoy esa enorme escultura con el bicentenario de la independencia y el centenario de la revolución? Nada. ¿Qué nos dice, más allá de una intento de evasión y "neutralidad" frente a la historia, de qué retomó simbólicamente el gobierno panista de la historia mexicana? Nada.
El espacio que generó la Estela de Luz, tiene la virtud de ser de los pocos espacios en Avenida Reforma que no están aislados por la avenida misma (todo mundo arriesga la vida cruzando hacia la glorieta del Ángel). Está iluminado de noche, tiene acceso a través del metro y hay relativa continuidad entre la banqueta y la placita que la hospeda. La accesibilidad del espacio no sólo lo demuestran los conciertos recientes (el viernes escuché un cachito del de Natalia Lafourcade), sino las convocatorias hechas ahí por el #yosoy132. Si el Ángel era un lugar complicado de protesta porque no tiene una plaza de fácil acceso, y si el Zócalo es de una inmensidad en la que todo es pequeño excepto cuando el público es masivo, la Estela de Luz sí ofrece un espacio nuevo para darle el uso que le damos a los escasos espacios abiertos que hay en la ciudad. Si paseas por ahí de noche, se nota la existencia de un espacio como pocos en la ciudad. Se siente seguro, limpio, abierto, etc. Cuando hay un evento se siente, público, muy público, pero al mismo tiempo suficientemente pequeño como para sentirlo relativamente íntimo.
Vale la pena también anotar que algo está pasando en esas cuadras de Reforma (incluyendo a unos metros la estatua de Aliyev) que algo tiene que decirnos sobre aquello que llamamos espacio público, pero sobre todo la forma en que se ocupa y las decisiones que se toman para ocuparlo. Ayer en la banqueta del lado del Instituto MexicanoSeguro Social apareció una larguísimo línea amarilla que si sigues llega hasta un letrero que dice "Sigue caminando, Johnny Walker" y una anuncio de metal puesto sobre la banqueta del whiskey Johnny Walker.
Si no teníamos suficiente con vallas y espectaculares, ahora los anuncios son parte de la banqueta. Son parte del estorbo y apropiación privada del espacio. Alguien les dio un permiso de usufructar con la banqueta a una empresa de manera que no queda justificado cuál es el valor para el público de ese anuncio (no sé si será un anuncio permanenente, o era parte de los patrocinios de MUTEK).
Pero esta forma de ocupación de la banqueta no acaba ahí. Del otro lado de Reforma, a Nescafé se le otorgó mucho más espacio para poner publicidad. La publicidad de Nescafé es un poco más sutil y es presentada como el trabajo artístico de varios arquitectos que "intervinieron" tazas de café para hacer esculturas callejeras. No veo un problema con que empresas financien arte público (por el contrario), sino con que la condición del financiamiento sea que la pieza artística en sí sea parte de la publicidad de la empresa. Sería como hacer una exposición de fotografía, pero sólo mostrar fotos de materiales fotográficos, financiados por Kodak (¿todavía existe?). ¿Nadie les dijo?: "claro pongan una exposición artística, pero los artistias pueden hacer lo que quieran"
¿Por qué unos privados pueden usufructar la banqueta y otros no? ¿No a los ambulantes, pero sí a Johnny Walker y Nescafé? ¿Por qué esas empreses pueden apropiarse de la renta de un espacio que es público, y un puesto de carnitas no? Los conciertos musicale y el arte cuando ocupan espacios compartidos, suelen ser justificados como un bien público, pero ¿los anuncios de Johnny Walker y Nescafé son un bien público?
Simple y sencillamente, Johnny Walker y Nescafé son empresas que representan "una especia de élite y exclusividad", particularmente en las grandes ciudades. Para el caso de la Ciudad de México desafortunadamente, la mayoría de las personas siempre desean estar por encima de otros; consumiendo marcas de moda impuestas por una mercadotecnía, en mi opinión, decadente. Por ende, un puesto de carnitas ubicado sobre una avenida principal, por ejemplo en Reforma, para muchos sería algo desagradable y poco estético para un espacio público de "primer mundo", por ello, dicho espacio se convierte en un lugar que generalmente es ocupado por publicidad y mercadotecnía (sector privado) que se legítiman por un absurdo y poco razonable comportamiento del ser humano en un contexto de globalización y capitalzación de excesos.
Publicado por: Jaime A. | 22/10/12 en 13:29